Ciudad de México.
En Viernes Santo, y por segundo día consecutivo, miles de personas acudieron anteayer al mercado de mariscos de la Nueva Viga, en Iztapalapa.
A pesar que desde dos kilómetros antes, policías impedían el paso vehicular sobre el Eje 6 Sur, familias y clientela llegaron caminando a los locales aledaños a la Central de Abasto.
También fue cerrado el cruce de Río Churubusco con el Eje 6 Sur y, además, hubo filtros con policías para impedir la entrada a grupos, mayores de edad y niños.
Sin embargo, afuera del mercado se formaba un contingente de acompañantes en espera de que salga quien entró a comprar pescado.
Con megáfonos portátiles y desde las patrullas, audios repetían: “Estamos en emergencia sanitaria”.
En tanto, en Jalisco, cientos de tapatíos aprovecharon el Viernes Santo para salir de la Ciudad o para ir de compras a algún mercado de mariscos, pese a la insistencia de las autoridades para que se queden en casa para reducir la propagación del Covid-19.
“Vamos con unos familiares. Ya sabemos que está todo cerrado, las playas y los restaurantes y que nos tenemos que cuidar”, compartió Omar Rosales, quien se dirigía con su esposa, su hijo y su madre, a Puerto Vallarta.
El Alcalde de Zapopan, Pablo Lemus, admitió que hubo gran afluencia de vehículos en las salidas a Nogales y a Manzanillo, por lo que llamó a la población a quedarse en casa.
“Algunas personas creen que pueden llevar el aislamiento en su departamento en Puerto Vallarta, su casa de Manzanillo o en su cabaña en Tapalpa y no es así.
“Se está poniendo en riesgo a otras personas en el momento en que se paga la caseta, se carga la gasolina o las personas que dan algún servicio de mantenimiento”, recalcó.