Washington.
Vivian Zayas no puede evitar mirar las fotografías del Día de Acción de Gracias de 2019, cuando su madre cocinó una gran olla de arroz con frijoles y entonces se sentó al borde de la mesa. Eso fue antes de que nadie escuchara sobre el nuevo coronavirus y antes de que el Covid cobrara la vida de la costurera retirada. Ana Martínez murió a los 78 años el 1 de abril cuando se recuperaba de una operación en la rodilla en un hogar de ancianos.
Este jueves la familia se alistaba para tener su cena tradicional de pavo, boniato, habichuelas y arroz con frijoles, pero Zayas va a retirar una silla de su mesa en su casa en Deer Park, Nueva York, y va a colocar en su lugar la andadera de su madre, como recordatorio.
Los estadounidenses están celebrando el feriado el jueves en medio de una pandemia que no afloja y que ha causado la muerte de más de un cuarto de millón de personas en Estados Unidos.
Pavos y pasteles seguirán saliendo de los hornos, el futbol americano seguirá en las pantallas, las familias aún agradecerán y conversarán animadamente sobre política, pero este feriado ha sido alterado grandemente luego de meses llenos de dolor y penurias: muchas celebraciones llevan la carga de la muerte de seres queridos, otras han sido canceladas o reducidas, ante el aumento de las infecciones.