Bruselas.— Aunque el mercado de drogas sintéticas está interconectado a nivel mundial, el impacto de la pandemia mostró ser menos severo de lo esperado inicialmente, particularmente en el caso de las organizaciones criminales activas en México, sostiene en un informe la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
En su evaluación global del mercado de las drogas sintéticas, el organismo con sede en Viena concluye que los grupos del crimen organizado lograron adaptar sus modelos de negocio y métodos de tráfico a los obstáculos presentados por las medidas de confinamiento implementadas para frenar la propagación del Covid-19.
El único impacto que estarían solventando es el relacionado con la caída de la demanda de drogas en los entornos recreativos debido al cierre de bares, discotecas y suspensión de festivales masivos. De acuerdo con el reporte, estaba prevista la interrupción de las cadenas de suministro de precursores químicos desde China para la producción de fentanilo en México, pero “las cantidades incautadas en la frontera con Estados Unidos a principios de 2020 no cambiaron significativamente en comparación con el año anterior”.
Los decomisos mundiales de fentanilo aumentaron de 25 kilogramos en 2014 a 3 toneladas en 2018. Norteamérica contabilizó prácticamente la totalidad de las intercepciones, 2.9 toneladas en 2018. El mismo planteamiento se hizo respecto a la metanfetamina. Los reportes iniciales pronosticaron que la falta de materia prima en México para la producción de la droga, se traduciría en un aumento de los precios en EU.
“Sin embargo, las cantidades totales de metanfetamina incautadas hasta julio, siguieron siendo más altas en comparación con el mismo periodo en 2019, y las interrupciones, si las hubo, parecen que fueron de corta duración”. El informe sostiene que el mercado de la metanfetamina sigue creciendo a nivel global. Las incautaciones se duplicaron entre 2013 y 2018, pasando de 100 a 228 toneladas. EU y México registran los mayores decomisos, 58 y 117 toneladas, en 2014 y 2018 respectivamente.
Si bien los principales centros de producción están en México, EU y el Triángulo Dorado del Sureste Asiático, hay indicios de expansión en el sur y occidente de Africa, así como en Europa.
Las agrupaciones criminales mexicanas estarían detrás del dinamismo que muestran los centros de producción del Benelux, destaca el reporte al examinar las últimas tendencias.
“Los grupos delictivos de México parecen estar involucrados en la fabricación de metanfetamina a gran escala en Bélgica y los Países Bajos”. La metanfetamina producida en México, además está llegando al Este y Sureste de Asia, así como a Oceanía, “como indican los decomisos realizados en México y los países de destino”. Sostiene que la metanfetamina de cristal, está asociada a riesgos mayores para la salud, al aumento de la demanda de tratamientos y a fallecimientos por drogas.
Otra evolución importante identificada por la ONU en las filas de la delincuencia mexicana es su rápida capacidad para aprovechar las oportunidades de negocio ilícito presentadas por nuevos precursores.
“Sugiere una mayor sofisticación entre las instalaciones de fabricación ilícita en la región”. Indica que en Norteamérica se ha observado en los últimos años que los productores clandestinos mexicanos han cambiado, según la disponibilidad, entre el ácido fenilacético y otros precursores como el benzaldehído y nitroetano, “posiblemente en respuesta a los controles nacionales sobre esas sustancias”. Para contrarrestar la problemática de la producción de drogas sintéticas, el documento recomienda a los gobiernos el establecimiento de sistemas de alerta temprana para la identificación de nuevas drogas; en los últimos años han aparecido unas mil nuevas sustancias en 125 países.
Además sugiere mejorar las capacidades forenses y policiales, fortalecer la cooperación internacional, regional y entre instancias públicas y privadas, así como mejorar los sistemas de prevención, acceso a tratamientos y de eliminación de la estigmatización de los usuarios.