El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a refrescos ha sido exitoso porque logró reducir el consumo de estas bebidas, aseguró Francisco Arias Vázquez, titular de la Unidad de Política de Ingresos Tributarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
"El impuesto alcanzó uno de sus objetivos que era reducir el consumo de refrescos (para combatir la obesidad)", mencionó.
Sostuvo que previo a la entrada en vigor del IEPS, en 2014, el consumo de refrescos tenía una tasa de crecimiento anual de 2 por ciento y una vez que se empezó a cobrar este impuesto, mostró una caída real anual de 4.7 por ciento, de acuerdo con un análisis de la Secretaría.
En contraste, se dio un incremento del consumo de agua purificada, que está exenta del IEPS, pasó de un incremento de 3.5 por ciento a 10.5 por ciento, señaló durante su participación en la "Cátedra SHCP 2023" organizada por la Facultad de Economía de la UNAM.
Esto fue resultado de que el precio de las bebidas saborizadas se elevara por el impuesto que se les empezó a aplicar.
Destacó que cuando entró en vigor este impuesto, el precio de los refrescos de menos de 600 mililitros se incrementó 1.50 pesos, en tanto que para aquellos de 600 mililitros el aumento fue de 1.23 pesos.
En tanto que en las de 600 mililitros a un litro, este incremento ascendió a 1.13 pesos.
La reducción en el consumo de las bebidas gravadas con este impuesto fue mucho mayor en los hogares de bajos ingresos, donde la caída fue de 9.1 por ciento, refirió.
Asimismo, el funcionario destacó que este impuesto también redujo la brecha de consumo calórico entre personas con sobrepeso y aquellas saludables.
"El impuesto no elimina el consumo de los productos, sino que los reduce y al final el impuesto general recaudación y lo que vemos es que claramente se dispara la recaudación y se ha mantenido con una tendencia positiva", aseguró.
Vázquez resaltó que el año pasado, la recaudación de IEPS aplicado a bienes nocivos para la salud, entre ellos cigarros y bebidas saborizadas, fue de 148 mil millones de pesos, cifra que es equivalente a casi 4 veces el presupuesto anual de la UNAM.