Ciudad de México.- La presencia de Andrés Manuel López Obrador en la novena Cumbre de las Américas se ha convertido en un asunto que va más allá de la celebración del foro regional y habla de su nueva iniciativa en política internacional. El presidente de México se da hasta la próxima semana para definir su participación en el cónclave, convocado del 6 al 10 de junio en Los Ángeles. Así lo ha asegurado este viernes, suavizando también el tono con la Administración estadounidense. El mandatario mantiene su exigencia de que el país anfitrión invite a todos los Gobiernos del continente, incluidos los representantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Esa es la condición que puso sobre la mesa hace días para ir a California, pero al mismo tiempo ha exhibido sintonía con su homólogo el presidente Joe Biden.
Si Washington no incluye a los 35 mandatarios de América -un escenario improbable a tenor de las declaraciones de altos funcionarios del Gobierno y a pesar de la política de distensión hacia Cuba y Venezuela- acudirá a la cumbre una delegación encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Es decir, México sí participará en la cita, pero lo hará con una ausencia muy simbólica. “Lo de la cumbre se está analizando. Ya conocen ustedes cuál es nuestra postura, queremos que se invite a todos, porque es Cumbre de las Américas”, ha reiterado López Obrador.
En este contexto, los dos Ejecutivos se han volcado en una negociación que, desde el prisma mexicano, busca lograr la presencia de todos y, desde el punto de vista estadounidense, no quiere renunciar a una participación activa del país vecino. La Casa Blanca lleva meses promoviendo la idea de América del Norte y está explorando acuerdos comunes en materia migratoria, económica, sanitaria y de seguridad. En las últimas semanas se han multiplicado los contactos. Entre los dos presidentes, entre Ebrard y el secretario de Estado Antony Blinken y entre distintas comisiones. Al mismo tiempo, el embajador de Biden, Ken Salazar, ha intensificado su trabajo para resaltar la importancia de la presencia de México.
SIN FRICCIONES
“Tenemos muy buena relación con el presidente Biden, con el Gobierno de Estados Unidos y estamos en eso, hemos estado en conversaciones”, ha explicado este viernes López Obrador. La complicidad entre ambos, que ha quedado de manifiesta en varias ocasiones, ha evitado que se hayan producido fricciones en frentes concretos, empezando por la crisis migratoria. El miércoles el enviado del líder demócrata para la organización de la cumbre, el senador Christopher Dodd, mantuvo una reunión por videoconferencia con el gabinete mexicano. El mandatario le transmitió su petición de no excluir a nadie y este, según el relato ofrecido por el canciller Ebrard, dijo que la respuesta oficial de Washington sería inminente.
‘Lunes o martes informo al pueblo’: Andrés Manuel
- La contestación, sin embargo, todavía no ha llegado. “Estamos hablando, estamos platicando. Yo creo que para el lunes o el martes yo ya voy a poder informarle al pueblo”, ha continuado López Obrador durante su conferencia de prensa matutina
- “Se tiene comunicación sobre este tema y otros, y el lunes o martes hablamos sobre el tema”; ha insistido al ser preguntado al respecto antes de seguir con el tono conciliador
- “Es que hay quienes quisieran que no se llegara a acuerdos, apuestan a eso, a que nos peleemos, a que haya confrontación”
- Pero el presidente, que ya esta semana aseguró que bajo ningún concepto se produciría un quiebre diplomático con Estados Unidos, abundó en los elogios a Biden
- “Nosotros le tenemos mucha confianza al presidente Biden y él nos respeta, así como nosotros lo respetamos,. Y, sobre todo, respeta nuestra independencia, nuestra soberanía y conoce bien lo que establece la Constitución”, ha continuado, justificando su posicionamiento con el habitual argumento de la Constitución, que consagra el principio de no intervención y la solución pacífica de las controversias.