- MONTERREY, NL
Y es que la Ley de Modernización 2.0, que entró en vigor en enero de 2023, elimina el requisito que tenía la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) respecto a que las compañías presentaran pruebas realizadas en animales sobre la efectividad y seguridad de un medicamento, a fin de que recibiera su aprobación.
En su lugar, ahora serán aceptados los ensayos basados en células y los modelos informáticos, es decir, aquellos que usan tejidos cultivados en laboratorio o modelos computarizados.
Si bien este paso ha sido celebrado por organizaciones como PETA, quien señala que desde el año 2020 comenzó a solicitar este cambio, existen voces que afirman que una transformación radical no ocurrirá, al menos en el corto plazo, ya que existirán dudas sobre la eficiencia de estas pruebas.
Vivek Gupta, profesor asociado de farmacia industrial en la Universidad de St. John y fundador científico de PulmoSIM Therapeutic, empresa que desarrolla terapias para enfermedades pulmonares, considera que pasará tiempo antes de que esta medida se implemente con fuerza, dijo al sitio WordsSideKick.com
El director fundador del Instituto Wyss de Ingeniería Inspirada Biológicamente en la Universidad de Harvard, Donald Ingber, señala que uno de los principales retos será convencer a los desarrolladores de fármacos para que adopten los nuevos métodos de pruebas.
Agregó que las compañías buscarán tener primero la certeza de que los experimentos alternativos generen un nivel de confianza similar o mayor a los realizados en animales, antes de invertir en las nuevas tecnologías.s