CIUDAD DE MÉXICO.-A 10 meses del asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, la comunidad jesuita pidió que haya acuerdos, diálogo y empatía para mejorar la situación del País.
"Hay tanta sangre que corre por el País, son tantos los territorios gobernados por hijos sin padres, que es necesario reflexionar juntos sobre la nación que tenemos y que queremos", dijo el sacerdote Jorge Atilano González al oficiar una misa en memoria de los jesuitas.
"Por eso hoy más que nunca necesitamos recordar que somos comunidad, que nos necesitamos, que el otro soy yo, que nadie puede quedar marginado, que todos son importantes, y que necesitamos de mucha humildad para reconocer que necesito del otro y por eso es fundamental tener empatía, saber escuchar, saber dialogar, saber consensar, saber tomar acuerdos y saber resolver conflictos".
En la Parroquia de la Sagrada Familia, en la Colonia Roma, donde fueron colocadas las fotos de Campos y Mora, el sacerdote Jorge Atilano González, encargado de la homilía, también rogó por el responsable de los asesinatos, José Noriel Portillo, "El Chueco", hallado muerto en marzo.
"Esa no es la justicia que buscamos, no podemos alegrarnos con la muerte de un hijo de Dios, más bien fue un llamado a redoblar esfuerzos en la construcción de condiciones de paz", sostuvo.
El religioso recordó la convocatoria que hizo en abril la Conferencia del Episcopado Mexicano de organizar foros sobre la violencia y un Diálogo Nacional por La Paz, del 21 al 23 de septiembre en Puebla, donde se pretende buscar un plan de acción para frenar la ola criminal en México.
"Tejeremos una agenda y una red para construir condiciones de paz en México. Una propuesta a construirse desde la diversidad y la esperanza. Somos comunidad, somos hermanos, todos nos necesitamos, juntos abriremos caminos de paz. Nos encomendamos a sus oraciones", dijo.
- Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar, de 80, fueron asesinados el 20 de junio pasado cuando salieron a ayudar al guía de turista Pedro Palma que intentó refugiarse en su parroquia en Ceracahui, Chihuahua.