De casi 13 años, fue diagnosticada por su veterinario con problemas óseos, de cadera y cardíacos, síntomas propios de la vejez.
La rescatista canina que cobró notoriedad en los sismos de 2017, en los que participaba con goggles, botitas azules y un chaleco protector. Ayer lució animada, aunque ya se cansa pronto. Su jadeo es constante, debido al agotamiento natural de una larga trayectoria operativa -ocho años, en total-. Movió la colita, olfateó el pasto y, como en los viejos tiempos, obedeció a su manejador.
"Hay que estar revisando su corazón diariamente y para lo mismo está en tratamiento. Es algo que se espera con el paso del tiempo y lo más que tenemos que estar supervisando su corazón", dice a REFORMA el Teniente de Fragata y veterinario Migue Ángel Huerta, encargado del Subcentro de Control Canino, donde vive "Frida". Ella nació aquí el 29 de abril de 2009 y desde los cuatro meses, cuando comenzó a ser entrenada, fue esterilizada. Ahora la mayor parte la dedica al descanso. "Es parte de su envejecimiento, ella fue preparada físicamente cuando estuvo operativa pero todo organismo tiende a degenerar", añade Huerta. La perrita se despierta a las 06:00 horas.
Además de su desayuno, toma medicamentos, pasea unos minutos en el jardín bajo el sol y sigue la supervisión cardiaca. Después se relaja hasta las tres de la tarde, cuando vuelve a comer. La labrador pernocta en un dormitorio acondicionado con una colchoneta especial para evitar molestias. "Como todos los senectos ha bajado la intensidad para comer, la intensidad física es más lenta, ya no corre, ya no salta, ya no se ejercita de ninguna manera, solo se relaja y se mantiene bajo supervisión médica estricta", añade el veterinario.
Sin embargo, "Frida" se da su tiempo para convivir con el resto de los ejemplares que posee la Marina en el centro canino, donde ya figuran "Júpiter", "África" y "Emon" como sus suplentes en misiones de rescate, además de una veintena en entrenamiento.
"Es la reina de aquí", dice con júbilo Huerta. En total y en diferentes países, encontró 12 personas vivas y 43 cuerpos, tanto en zonas de derrumbes por sismos como en deslaves. Se jubiló a los 10 años para ser entregada en adopción, pero por el deterioro de su salud aún sigue bajo el resguardo de la Marina. Su manejador inicial fue el marinero de Infantería Israel Arauz Salinas, quien recibió un diploma de la Marina en 2000 por entrenar a "Frida".