- CIUDAD DE MÉXICO
En conferencia de prensa, Javier Zúñiga, coordinador del área legal del organismo, manifestó que la sentencia del Máximo Tribunal, quien votará en los próximos días el proyecto sobre un amparo interpuesto por la empresa será el primero de siete que llega a un proyecto de sentencia.
Alejandra Contreras, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), destacó que el etiquetado frontal ha permitido a los consumidores elegir mejor sus alimentos.
Además, ha obligado a las empresas a modificar la formulación de sus productos para reducir la cantidad de ingredientes nocivos que contienen.
"El 42% dice que no lo compró; 29%, compró un producto similar, pero con menos sellos; 22% compró menos cantidad y solamente el 7% compró un producto similar sin sellos, entonces este tipo de cambios en la conducta permite que las personas tengan mejor alimentación, mejor calidad de nutrimentos.
"Puede ser que dejaron de comprar ese producto, y eso impacta positivamente en la salud tanto de la persona como en sus familias", resaltó.
Indicó que 74% de la población aprueba el etiquetado de advertencia, añadió que son padres y madres de familia quienes avalan y aceptan la medida. La comprensión de niñas y niños se encuentra en un significativo 58%.
Indicó que evaluaciones previas mostraron que, el antecesor a los octágonos, el etiquetado GDA, sólo era utilizado por 11% de los consumidores, sólo 3 de cada 10 lo entendía.
Abundó que, en medio de la controversia, a finales del año pasado, los relatores especiales de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Michael Fakhri, y del Derecho a la Salud, Tlaleng Mofokeng, escribieron una carta dirigida a la Alianza por la Salud Alimentaria.
La cual fue compartida a las y los ministros de México, en la que expresaban su preocupación sobre los intentos de la industria de socavar el etiquetado frontal de advertencia.
La investigadora señaló que el etiquetado no sólo ha tenido el respaldo de la sociedad también ha impulsado el cambio en los entornos alimentarios.Comentó que uno de los resultados más positivos ha sido la reformulación de productos con exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas trans y calorías.
"Este fenómeno fue observado a tan sólo pocos meses de su entrada en vigor, en octubre del 2020, según un autoreporte de las empresas (2020), el 56% de sus productos habían sido reformulados", puntualizó.