MONTERREY, NL- A diferencia de la producción de vehículos ligeros, la de camiones pesados tiene un déficit, por lo que la planta de Volvo que se instalará en Nuevo León, y de la que hoy se anunciaría oficialmente por parte de Volvo Group, de acuerdo con el Gobernador, viene a dar un alivio al sector tanto en Estados Unidos como en México, coincidieron consultores de inversión extranjera.
Sergio Reséndez, director regional de Colliers, firma global de bienes raíces industriales, señaló que la industria en general y todo el comercio exterior se está incrementando en la región, por lo que se requiere de más tractocamiones.
"Tenemos un déficit de unidades que se necesitan por el crecimiento del comercio. Hoy hay una escasez de tractocamiones y con todo este tema de inversión hacia México, la idea de la cercanía (nearshoring), el tractocamión va a ser el medio más utilizado para llevar las exportaciones a Estados Unidos y Canadá".
Por ello, sostuvo, la planta de Volvo en el Estado vendrá a sumar para la producción y venta de unidades que se necesitan.
Añadió que eso lo está viendo Navistar, que ha hecho expansiones, incluso con unidades eléctricas.
Reséndez también destacó que las regulaciones ambientales están obligando a muchas empresas a migrar a sistemas más eficientes en sus modelos de transporte, lo que implica más ventas de camiones.
En ese sentido, Gregorio Canales, director general de la firma North America Investment Solutions, explicó que Volvo está viendo ese aumento de requerimientos en la región.
"Además en Estados Unidos a partir de un determinado número de millas y uso, ya no deben circular en sus carreteras, hay un determinado tiempo y después ya no pueden ser utilizados esos camiones".
Reséndez anticipó que la nueva planta de Volvo va a generar un efecto dominó debido a que muchos proveedores de vehículos ligeros no proveen al de camiones pesados, por lo que seguramente vendrán de otros países y también se seguirá fortaleciendo, expandiendo y desarrollando a los locales y nacionales.
Esto sin contar a los que ya son proveedores de armadoras de tractocamiones como los de Navistar, que están levantando la mano para hacer lo mismo con la compañía de origen sueco, hoy propiedad de la china Geely.
Aunque actualmente sus inversionistas mayoritarios son de China, Volvo es más conocido por ser una empresa sueca global, por lo que difícilmente podría verse afectada por algunas restricciones o aranceles por parte de Estados Unidos una vez que establezca su operación en Ciénega de Flores, consideraron expertos en comercio exterior.
Canales, de North America Investment Solutions, reconoció que si bien no hay referencia de un caso similar, si se cumple con las regulaciones del T-MEC, así como las del Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT), Volvo no tendría porqué tener problemas.
Por su parte, Emilio Cadena, presidente de Prodensa, coincidió en que con el cumplimiento del T-MEC sería complejo que Volvo se viera afectada.
"Yo creo que la respuesta responsable que tengo que dar es: no lo sé; yo pensaría que difícilmente lo prohibirán, si Volvo se establece a hacer tractocamiones cumpliendo con las reglas de origen, como lo hace Navistar o Freightliner, difícilmente creo que los vayan a poder bloquear en Estados Unidos", dijo Cadena.
Si se diera el caso de que Volvo decidiera ensamblar en sus unidades un chip chino, advirtió Canales, ahí sí pudiera ser que el DOT le frenara ese componente, pero añadió que aún es complejo anticipar qué pasará.