- CIUDAD DE MÉXICO
El posicionamiento de la Iglesia católica sobre la iniciativa presidencial de reforma electoral fue inusual y enérgico, coincidieron expertos, quienes llamaron a no minimizarlo, al advertir que es reflejo del disgusto social.
En entrevista, Roberto Blancarte, sociólogo, historiador y científico social mexicano especializado en religión, laicidad y democracia, señaló que un exhorto similar al emanado ayer desde la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), no se veía desde hace tres décadas.
"Es un posicionamiento inusualmente firme, inusualmente claro. Yo no recuerdo un tipo de intervención de este tipo, tan claro desde que en 1986, cuando los obispos de Chihuahua intervinieron también en favor de un sistema más democrático, en contra del fraude que ellos apreciaban, que generó todo un cambio y tuvo muchas consecuencias en esta época", comentó.
"En este caso es todo el episcopado, lo cual lo hace todavía más fuerte. No es nada más un obispo o dos (...) es la CEM en su totalidad la que está haciendo el pronunciamiento a través de su comité ejecutivo frente a una decisión de la 4T y de este Gobierno en particular, agregó.
El profesor e investigador de El Colegio de México, resaltó que el posicionamiento fue externado por una institución que actualmente tiene una autoridad moral importante a nivel de la ciudadanía.
Consideró que si bien ha habido comunicación entre el Estado y la Iglesia, se han tenido puntos de quiebre, como el asesinato de los sacerdotes jesuitas en la zona tarahumara, que orilló a los religiosos a pedir un "ya basta" en el tema de delincuencia, a tomar distancia y a asumir una postura más crítica.
"Yo hablaría de una toma de distancia respecto a las políticas y las estrategias de la 4T y respecto al Gobierno en general, a asumir posiciones más críticas, de manera más abierta lo cual bueno habla de que creo que sí está muy claro que la jerarquía católica no está de acuerdo con el rumbo que la 4T está tomando.
"No está de acuerdo con las estrategias en general, no está de acuerdo en particular con este tema de los ataques al INE y a lo que significa todo el sistema electoral, que como ellos mismos han escrito, pues se está construyendo desde hace décadas con muchos trabajos, con muchos esfuerzos y no hay que dar marcha atrás", apuntó.
Remarcó que no se debe de confundir el Estado laico con el respeto de una comunidad religiosa que tiene derecho a expresar sus puntos de vista como miembros de una sociedad y que forma parte de la pluralidad opiniones.
En tanto, Jorge Eugenio Traslosheros Hernández, especialista en libertad religiosa y Estado laico del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la Universidad Nacional Autónoma de México, pidió dimensionar que el posicionamiento salió de la instancia más importante del liderazgo católico que es la CEM, que recordó, engloba al conjunto de los obispos mexicanos.
"Es la opinión autorizada de los obispos católicos mexicanos. Es decir; es la voz más autorizada de la Iglesia católica para acabar pronto", insistió.
"Es un claro, contundente y me parece que muy fuerte posicionamiento en defensa del Instituto Nacional Electoral. No hay concesión en el pronunciamiento de los obispos", agregó.
Coincidió en que en 1986, en las elecciones de Chihuahua, el llamado "obispo de la democracia electoral", Adalberto Almeida Merino, "tomó partido a favor de la ciudadanía", lo que ahora, consideró, se ve en la cúpula de la Iglesia católica.
"No es en contra del Estado, sino a favor de la ciudadanía y este apoyo es 100 por ciento el movimiento ciudadano en defensa de la democracia que tomó el puente internacional, que llevó a la desobediencia civil en Chihuahua, en un momento muy importante en ese entonces", apuntó.
"El estar los obispos a favor de procesos democráticos pues yo creo es una de las más interesantes tradiciones de los obispos mexicanos de todo el siglo 20. El antecedente de este comunicado son pues varios anteriores donde muestran preocupación por la intervención del crimen organizado, el problema de la educación en fin.
"Se suma a una serie de pronunciamientos que muestran una clara preocupación de los obispos mexicanos de la descomposición política del país en este momento. Se suma desde la sociedad civil, porque la iglesia es parte de la sociedad a muchos llamados de otros actores de la sociedad civil, realmente es un coro del descontento del disgusto social", añadió.
Exhortó a que desde el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se preste atención y no se desestime esta opinión, pues dijo, es reflejo de la opinión de diversos mexicanos "de buena voluntad" que exigen un árbitro electoral sin tintes políticos ni inclinados a intereses o partidos políticos.