El oculto valor urbano de Tepito

Rescate cultural y desarrollo urbano en Tepito

Ciudad de México.- El barrio de Tepito dispone de un patrimonio urbano que pasa inadvertido y debería ser rescatado, plantea un estudio de la anterior Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).

"Esta riqueza cultural ha sido ignorada, en parte, porque las funciones comerciales que saturan el espacio callejero impiden la apreciación y la visualización de arquitecturas", apunta el reporte elaborado por urbanistas.

Los espacios públicos, los deportivos, los centros culturales y el patrimonio urbanístico, que incluye el arte comunitario, deberían de ser recuperados para ofrecer mejores condiciones de vida a sus habitantes.

"El patrimonio cultural de Tepito ha permanecido oculto, porque desde afuera ha existido un interés permanente por registrar los aspectos más negativos, sórdidos o violentos que, sin duda, existen en este lugar", anota.

El Estudio Urbanístico y Patrimonial de Tepito, de 2024, expone que más allá del consumo de cervezas en la vía pública, la venta de estupefacientes o la violencia, subsisten valores gastronómicos, deportivos, religiosos y tradiciones familiares.

Las chelerías son parte de las dificultades del barrio.

"Las problemáticas con mayor énfasis en la zona central del barrio fueron la pérdida de la calle como un espacio público y colectivo, escasa iluminación, tanto en las calles como al interior de las unidades habitacionales", describe.

Un grupo de especialistas evaluó las condiciones urbanas y concluyó que la delincuencia germina, también, por la falta de atención al barrio que conforma el Centro Histórico de la ciudad.

Una buena parte de estos problemas, anota, están asociados al desgaste de las infraestructuras urbanas, así como a la falta de inversión pública para mejorarlas.

Tepito tiene un lugar marginal dentro del desarrollo urbano, aun cuando existe desde Tenochtitlan, convive con La Merced, La Lagunilla y Tlatelolco.


DESDE DENTRO

Producto de talleres realizados con la comunidad, los autores del estudio recomendaron rescatar espacios públicos para promover el desarrollo económico y la cultura popular, así como mejorar los servicios de alumbrado, agua potable y drenaje

"Falta un proyecto que revitalice al barrio en su uso habitacional, que recupere la dignidad del espacio mediante la dotación de servicios públicos modernos, acordes a la tecnología urbana actual y manteniendo al mismo tiempo a la población originaria de Tepito dentro de su barrio", requiere el estudio.

En los talleres participativos, Tenochtitlan, Toltecas, Matamoros, Fray Bartolomé de las Casas, Constancia y Granada fueron identificadas como las calles más insalubres, sin iluminación, con basura acumulada e inundaciones en lluvias.

Cualquier intervención debe realizarse con los vecinos, pues en el siglo pasado el Gobierno intentó un Plan Tepito para mejorar las condiciones habitacionales, con departamentos aglomerados en unidades como Los Palomares o La Fortaleza.

El número de departamentos, de 40 metros cuadrados, resultó inferior a las de vecindades que buscaba renovar, con precios inaccesibles para la mayoría.

El proyecto detonó en respuesta organizaciones vecinales que promovieron actividades como Tepito Arte Acá, a la vez que las familias residentes han mantenido la tradición de las convivencias comunitarias.

"En el patio central se compartían los momentos más significativos del año, la Navidad con el nacimiento del niño y la arrullada por toda la vecindad, las bodas, los XV años, las primeras comuniones, los cumpleaños de algún vecino", relata el reporte.

El deporte es parte de la cultura de Tepito que debe rescatarse, con el Deportivo Maracaná, el Gimnasio Kid Azteca o el Centro Social Fray Bartolomé. En el llamado Barrio Bravo hay monumentos dedicados a boxeadores y otro para el Santo, el Enmascarado de Plata.

"En los recorridos no es raro encontrarse con personajes fantásticos, artistas del barrio hechos y derechos y suele sentirse la adrenalina que da estar en un espacio donde confluyen más de 80 mil personas al día", concluye el diagnóstico.


Detrás de los campos del Deportivo Maracaná se aprecia la Iglesia de San Francisco de Asís. La primera pasó de una cancha llanera a una con pasto sintético.