El pan de muerto: una deliciosa tradición mexicana

Día de Muertos: tradiciones y sabores con el pan de muerto

CIUDAD DE MÉXICO.— Desde el primer bocado es un asalto a los sentidos. Redondo, azucarado y ligeramente cítrico, ¿quién podría resistirse a un pan de muerto?

Cubierto por una decoración que simula huesitos, este pan se hornea cada año en México de cara a las celebraciones de Día de Muertos. Sólo entre principios de octubre y mediados de noviembre llega a las mesas de cafeterías, hogares y altares que se montan en casas, oficinas y cementerios para recordar a los seres queridos fallecidos.


Durante años, asegura, se resistió a hornear pan de muerto desde principios de octubre. Los ingredientes mejoran a medida que noviembre se aproxima, pero sus clientes continuamente preguntaban cuándo estarían listos sus bollos azucarados, así que terminó por ceder.

Este año, además del casi centenar de panes de muerto que hornea diariamente, lanzó dos nuevas creaciones: un rollo con masa de croissant que rellena con crema de cempasúchil y un bollo —que en México se conoce como "concha" — en forma de flor de cempasúchil y sabor a mandarina, en vez del tradicional chocolate o vainilla.

"Si lo haces de manera tradicional, solo en estas fechas se puede comer (el pan de muerto) por la fruta que hay disponible. Yo creo que es eso que lo hace especial" dice.

Además, refiere, el ambiente que rodea a las celebraciones de Día de Muertos juega un papel importante. En esta época del año, la noche cae más temprano y hay cierto misticismo en el ambiente.

"Probablemente es una melancolía por lo que significa la fiesta", dice. "Que por un día puedas sentirte más cerca de la gente que ya no está contigo".