- CIUDAD DE MÉXICO
Si bien es posible presentar el examen de admisión en línea, desde cualquier parte del mundo, prefirió viajar al País para realizarlo, cuenta la alumna de la Escuela Superior de Física y Matemáticas (ESFM).
"Me gusta el ambiente de México y del Politécnico porque después de estudiar podemos comer dentro de la escuela y descansar en el pasto. En Corea no hay pasto ni disfrutamos la escuela, solamente es estudio", platica.
A temprana edad despertó su gusto por las matemáticas. Esa fue una de las razones por las que se inscribió en Ingeniería Matemática. También porque quisiera emplearse en una empresa coreana con operaciones en territorio nacional, como Kia Motors México.
"Quería aprender el idioma español porque algunas empresas (coreanas) que están en México piden español. Muchas veces pensé: '¿a qué carrera voy?'. Dije: 'voy a entrar a Matemáticas porque es global'", explica la joven de 23 años.
Este programa universitario destaca por su interacción con otras disciplinas, pues cuenta con asignaturas de Economía y Finanzas, indica la surcoreana, de manera que son más amplias sus salidas laborales.
Supera retosComo estudiante internacional, el principal reto a sortear para ella ha sido seguirle el ritmo a las clases impartidas en español.
"Al principio era muy difícil porque no entendía nada, entonces estudiaba primero en la escuela y luego en mi casa otra vez estudiaba en coreano y a veces en inglés. Así sí entendía", recuerda.
"Amigos de mi familia que llegaron a México para trabajar porque su empresa está aquí (...) ahora me piden: 'por favor, ayúdanos a aprender español para lograr entrar a la universidad'".
A raíz de su experiencia, comenta la estudiante, tiene amigas en Corea del Sur que también quisieran viajar a México.
A futuro, le gustaría utilizar sus conocimientos en matemáticas y administración para contribuir al crecimiento de las empresas coreanas en el País. Mientras tanto, continuará estudiando y deleitando su paladar con platos de birria, su platillo mexicano favorito, y con mangos, cuyo valor en Corea puede alcanzar los 160 pesos por pieza.