La cruzada del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para frenar el uso de maíz transgénico de la dieta mexicana libra una nueva batalla. El Gobierno federal prepara la emisión de modificaciones en la norma oficial de la tortilla para vetar el empleo del grano genéticamente modificado en este alimento. "En la elaboración de los productos objeto de esta Norma Oficial Mexicana debe abstenerse el uso de maíz genéticamente modificado como materia prima", se lee en el proyecto de norma de la Secretaría de Salud que en este momento está en consulta y que prevé sea publicado en el Diario Oficial de la Federación en las próximas semanas.
Aunque el proyecto de norma oficial mexicana aún está en un periodo de consulta y podrá cambiar en su redacción, la iniciativa ya ha generado críticas de parte de Estados Unidos y de Canadá. Los socios de México en el TMEC advierten de que el veto del Gobierno mexicano no cuenta con fundamentos científicos y puede poner en riesgo el comercio internacional. Además, aseguran que existe una falta de precisión sobre el alcance de esta nueva prohibición, así como que México no les notificó oportunamente sobre el proyecto de normativa.
El Gobierno Mexicano argumenta en el proyecto de modificación que la regulación vigente ha sido superada por las condiciones del mercado, que se comercializan productos que no cuentan con las especificaciones que cumplan con la denominación que ostentan y derivado de ello, se presentan en el mercado productos no homogéneos, tanto en especificaciones como en precios. Por otra parte, advierte la Secretaría de Salud, los consumidores no cuentan con información importante para realizar una compra adecuada. Esta nueva normativa, sin embargo, deriva de un proyecto que estaba en consulta pública desde el 2021, pero que no incluía la polémica prohibición sobre la utilización del maíz transgénico en la elaboración de tortillas.
SIN SUSTENTO CIENTÍFICOCanadá ha hecho hincapié en que la prohibición en la que se sustenta esta NOM no tiene aún un sustento científico y, por el contrario, defiende el uso de biotecnología para garantizar la seguridad alimentaria y elevar la productividad agrícola. "Las preocupaciones de Canadá relacionadas con la prohibición de México al maíz genéticamente modificado para su uso como materia prima se relacionan con el hecho de que las medidas de México no están respaldadas científicamente y tienen el potencial de interrumpir innecesariamente el comercio de América del Norte", refiere el Gobierno canadiense por escrito.