De ellos, 50.5% son niños y 49.5% niñas, "viviendo en un entorno marcado por la precariedad, debido a que ninguna prisión es un espacio digno para que ellas y ellos puedan desarrollarse de forma adecuada", señala el documento presentado por la legisladora.
Sodi Miranda refirió que la adecuación ayudaría a cumplir con lo establecido en las Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y Medidas no Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes (conocidas como las Reglas de Bangkok).
Dichos lineamientos plantean que los centros penitenciarios deben contar con instalaciones apropiadas para las personas privadas de su libertad, artículos para satisfacer sus necesidades de higiene personal, servicios de atención médica y acceso a una alimentación apropiada.
En ese sentido, su iniciativa también propone que la autoridad penitenciaria deberá garantizar que en los centros de reclusión para mujeres, haya espacios adecuados para que las hijas e hijos vivan en condiciones de bienestar y sano desarrollo integral.
También, que debe existir perspectiva de género que permita garantizar sus derechos y evitar tratos indebidos, por lo que el Sistema Penitenciario está obligado a responder con flexibilidad en pro de las mujeres embarazadas, lactantes y mujeres con hijas e hijos, mediante la habilitación de servicios y espacios para el cuidado de las y los niños que vivan dentro del centro o que las visiten.