Alrededor de 500 migrantes venezolanos, centroamericanos y de otros países atravesaron el viernes filas policiales y de la Guardia Nacional en el sur de México, en una de las primeras marchas de este tipo en el año.
Los migrantes describieron la marcha como una protesta anual tradicional vinculada con la Semana Santa, y los que caminaban al frente cargaban una cruz blanca, como ha sucedido en años anteriores.
Pero este año, la protesta comenzó dos semanas antes, y algunos dijeron que, en lugar de la habitual marcha breve, tratarían de llegar a la frontera con Estados Unidos.
En un enfrentamiento con efectivos de la Guardia Nacional y agentes de inmigración, los migrantes utilizaron la cruz que portaban como un ariete para abrirse paso y la cruz de madera se hizo pedazos.
Los agentes, que tenían escudos antimotines, porras y lo que parecía ser aerosol irritante, detuvieron a algunos migrantes. Los dos bandos intercambiaron golpes y muchos migrantes abandonaron sus mochilas en medio del tumulto.
Algunos lograron abrirse paso y desaparecer por carreteras y senderos de tierra, pero gran parte del resto de los manifestantes se refugió en una iglesia a pocos kilómetros de Tapachula.
Los migrantes partieron de Tapachula, una ciudad del sur de México cerca de la frontera con Guatemala, el viernes por la mañana. Muchos dicen sentirse básicamente presos en Tapachula debido a la lenta tramitación de sus pedidos de asilo, y se quejan de que no consiguen trabajo en el estado de Chiapas para poder mantener a sus familias.
Interrumpen tramitación
- Luis García Villagrán, un activista del Centro de Dignificación Humana, dijo que las autoridades mexicanas de inmigración habían interrumpido la tramitación de visas en Tapachula y decían a los migrantes que el único camino para regularizar su estadía en México era la solicitud de asilo o estatus de refugiado, un trámite mucho más largo
- Una marcha de migrantes en la misma zona fue dispersada en enero, y otras similares en 2020 y 2021. Las marchas son mucho menores que las caravanas de 2018 y 2019, en las que llegaron miles de personas a la frontera con Estados Unidos
- Las caravanas comenzaron hace varios años como un medio para los migrantes que no podían pagar a los contrabandistas, pero Guatemala y México empezaron a dispersarlas de manera más enérgica
- El gobierno mexicano ha tratado de aplacar a Washington deteniendo las caravanas y permitiendo la reinstalación de la norma llamada “Permanecer en México”