Katya, la mujer que fue al espacio, está en Jalisco

Katya Echazarreta estuvo en Ixtlahuacán de los Membrillos, donde se crió su abuelo, y el Ayuntamiento le hizo un homenaje por su viaje

Guadalajara, México

Katya Echazarreta González, la jovencita de 26 años -nacida en Jalisco- que viajó al espacio el pasado sábado, está de visita en Jalisco.

Ella estuvo este lunes en Ixtlahuacán de los Membrillos, donde se crió su abuelo, Juan José González Hernández, y que fue maestro de preparatoria.

El Ayuntamiento de Ixtlahuacán le hizo un homenaje.

Katya, quien fue elegida de entre 7 mil candidatos de 100 países, compartió su experiencia de viajar al espacio.

"Es una experiencia inolvidable, pero es una experiencia que no la puedes describir, no puedes explicar, no te la puedes imaginar, yo llevo toda la vida soñando con el espacio, a los 7 años le dije a mi mamá 'yo quiero trabajar en la Nasa y quiero ir al espacio', y ella me decía que sí, que sí iba a poder, y gracias porque sí pude", comentó.

"Me lo imaginaba y soñaba a veces antes de irme a dormir, es lo que me imaginaba, cómo va a ser, qué se va a sentir, pero la realidad es que no podemos imaginarnos cómo es de verdad estar sentado adentro de una nave que en unos momentos va a subir, sacarte del planeta muy rápido".

Dijo que pensó que iba a tener miedo cuando llegara el momento, pero no fue así, pues estaba preparada y sentía que finalmente había llegado esa oportunidad.

"Yo siento que para esto nací", mencionó.

Frente a los integrantes del Cabildo de Ixtlahuacán de los Membrillos, Katya narró su experiencia.

"Cuando subimos y sólo veía hacia abajo -teníamos unas ventanillas enormes cada uno de nosotros- y podía ver las montañas y pasaban las montañas en segundos. Lo único que yo había hecho era subir a un avión, y veíamos las cosas así, y luego (en el cohete espacial) pasaban las nubes y subíamos y volteaba a mi alrededor y ya no había, las nubes estaban todas abajo, ya no había nubes arriba y llegas un poquito más alto y empiezas a ver el cielo azul y empiezas a ver arriba del cielo todo negro, negro, negro, negro como nunca lo había visto.

"Cuando vemos hacia arriba al cielo en las noches y vemos el cielo y vemos el negro, eso no es negro".

Platicó que le impactó mucho que no fue una transición gradual.

"Estábamos en el cielo azul y al próximo segundo ya en el espacio, y cuando el cohete se separó de la cápsula se siente muy fuerte, pero por toda la preparación que pasamos no me dio miedo, yo sabía exactamente qué esperar, y en esos segundos que se separa la cápsula es cuando tu cuerpo empieza a flotar, todavía estás en el asiento, pero ya no estás sentado, estás en el asiento con tu cinturón, pero estás flotando sobre él, y poquito después fue cuando nos dejaron quitarnos el cinturón".

Katya describió lo que se siente estar en gravedad cero.

"Es como nadar, nada más que en lugar de usar las manos y los pies para moverte en el agua, puedes usar objetos y cosas, y no necesitas mucha fuerza, con poquita fuerza que te agarres y te impulses hacia adelante o hacia atrás vas a salir volando", explicó sonriendo.

Añadió que pudo ver el planeta Tierra, las montañas, nubes, pero algo que la asombró fue ver la atmósfera.

"La atmósfera, una capa tan delgadita, es el color más hermoso que he visto en mi vida".

Manifestó que estando allá arriba, no pensó en computadoras, celulares, trabajo... nada de eso, sólo en su familia, compañeros y amigos, quienes estaban todos allá abajo, en ese planeta.

Tras ver la belleza de la Tierra, exhortó a todos a cuidar el planeta.

Al final, presumió que unas uñas de Ixtlahuacán de los Membrillos también viajaron al espacio, ya que una muchacha del pueblo fue quien se las arregló y pintó -con la imagen de la Tierra en una, de la cápsula en otra y de estrellas en el resto- y así fue como subió hasta la estratósfera.