CIUDAD DE MÉXICO
Valeria tenía 18 años, se esforzó por un lugar en el IPN y lo consiguió, pero su pupitre quedó vacío, pues falleció en el que sería su primer día de clases, luego de que en el IMSS la mal diagnosticaran con artritis, cuando en realidad era cáncer. Además, de recetarle medicamentos que la debilitaron hasta perder la vida.
"Dentro de su enfermedad, arrastrando una pierna y con un brazo entumido, fue a presentar su examen de admisión al Politécnico para estudiar la rama de Negocios Internacionales. Transparente, demacrada, sin peso, volviendo el estómago, pero ella tenía sueños, ella quería salir adelante", contó a Grupo REFORMA, José Luis Vieyra, su padre.
La lucha de Valeria Vieyra Fuentes por mejorar su salud empezó en enero de 2019, cuando acudió a la Unidad de Medicina Familiar número 2 (UMF-2), ubicada en Santa María la Ribera, con síntomas de dolor en antebrazo derecho, en tórax y en la mano derecha. Ahí fue diagnosticada con artritis reumatoide, para lo cual le dieron medicamento.
Pese al esfuerzo de la paciente, su estado no mejoraba, por lo que dos meses después fue transferida al Hospital General, donde siguieron el tratamiento por esa enfermedad. Posteriormente, en julio fue asignada al Centro Médico de la Raza, pero no fue hasta agosto que les informaron que padecía cáncer.
"Me dijo el doctor: 'todo estuvo mal, su hija no tiene artritis' yo brinqué de gusto, dije '¡qué bueno!', pero la cara me cambió cuando me dijeron que era algo mucho más grave, que era cáncer, leucemia", expuso el entrevistado.
Tras esos cerca de siete meses con diagnóstico y tratamiento erróneo, el 5 de agosto se le notificó que lo que en realidad padecía era leucemia linfoblástica aguda. Debido a su deteriorado estado, necesitaba una intervención quirúrgica inmediata.
Sin embargo, la atención demoró, pasaron más de 11 horas para que la llevaran a operación, y ahí murió.
"Llegamos ya con mi hija muy mal. Le pidieron interconsultas al reumatólogo, estaba en el mismo hospital, en el turno vespertino, (estuvimos) toda una tarde y parte de la noche y nunca se presentó a las interconsultas. Hoy sabemos que hacer eso es una mala praxis y sabemos también que hay sanciones", apuntó.
Valeria falleció el 6 de agosto de 2019, ese día también empezó la lucha de sus padres por justicia, misma que ha durado más de tres años.
"Cuando falleció muchos muchachitos me dijeron que habían terminado la escuela porque ella les ayudó. Tenía excelentes calificaciones. Era una persona demasiado especial.
"Ella fue aceptada en el Politécnico, por Casco de Santo Tomás, en la carrera de Negocios Internacionales. El día en que ella falleció el 6 de agosto, era su primer día que hubiera entrado en el Politécnico, a la universidad a tomar su primer clase, pero la asesinaron, ¡me la mató el IMSS!", acusó el padre de la joven.
EN LA MIRAEl 16 de noviembre pasado, casi a tres años y medio de la muerte de Valeria, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación en contra del IMSS por el diagnóstico erróneo en el que, señaló, estuvieron involucrados 11 funcionarios de tres unidades médicas,
No obstante, la familia de la víctima afirma que al menos son el doble de burócratas quienes cometieron violaciones a los derechos humanos de ellos y Valeria, no sólo del IMSS, sino también de diferentes instancias gubernamentales.
En busca de justicia, José Luis Vieyra ha ocupado diversos "banquillos", el de padre de Valeria, esposo, víctima y abogado.
Con décadas de experiencia como litigante penal y haberse desempeñado como funcionario de gobierno, asevera que el camino a la justicia no había sido tan complejo como en este sexenio.
Relató que ha tocado la puerta de diversas instancias: la del Órgano Interno del IMSS, la Fiscalía General de la República (donde se han abierto tres carpetas de investigación), la Comisión de Atención a Víctimas, la Presidencia, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico y la CNDH, y tras su insistencia, sólo la última ha actuado.
Claudia Fuentes, madre de la joven, aseveró que durante sus visitas a hospitales del IMSS constató las demoras, malos tratos y falta de atención que llevaron a más pacientes a la muerte.
- La familia afirmó que continuará su lucha hasta las últimas consecuencias, que haya sanciones y que estas malas prácticas no se repitan, pues incluso en la búsqueda de justicia, afirmó, han recibido amenazas, han tratado de que desistan, y han escuchado frases como "meten escritos como locos".