Cinco días después de ser reportado como desaparecido, Rubén Díaz Valencia fue encontrado sin vida en la zona boscosa del Ajusco, en la Alcaldía Tlalpan.
El hombre tenía 62 años de edad y trabajaba como conductor de la plataforma Uber.
Según los reportes de las autoridades, desapareció el 24 de enero durante su jornada laboral en la Colonia Pedregal de San Nicolás, también en Tlalpan.
Conducía un Ford Fiesta de color rojo, con placas de la Ciudad de México, y la última ubicación que registró en la plataforma fue a las 17:45 horas en la Calle Dzemul.
De acuerdo con sus familiares, más tarde intentaron contactarlo por celular, pues habían planeado reunirse esa noche para cenar y aún no regresaba a casa.
Sin embargo, Rubén jamás contestó las llamadas ni los mensajes.
Enseguida realizaron una denuncia en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y las autoridades emitieron una ficha de búsqueda.
A través de redes sociales, sus nietas también iniciaron una campaña para difundir el caso.
A la par, acudieron al sitio donde supieron que estuvo por última vez y realizaron rastreos en los alrededores.
Los días siguientes recorrieron la parte alta de la carretera Picacho-Ajusco, donde colectivos de buscadores de personas desaparecidas han realizado hallazgos.
Sin embargo, hasta la tarde del miércoles tuvieron noticias de Rubén, pues hacia las 19:00 horas, elementos del Sector Topilejo encontraron un cadáver en un paraje aledaño al kilómetro 34 de la misma vialidad, en Santo Tomás Ajusco.
"Tiene complexión delgada, tez morena clara, cabello cano, estatura aproximada de 1.60 metros.
"Viste sudadera gris, pantalón de mezclilla y tenis blancos. Se encuentra maniatado y también tiene la cabeza encintada", detalla el reporte de los uniformados.
Tras concluir el proceso de identificación, la mañana de ayer, los deudos confirmaron que la víctima era Rubén.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades no habían dado a conocer el móvil del crimen ni si había detenidos.