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El material particulado de 2.5 micrómenos o menos de diámetro (PM2.5) es una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire. Incluye polvo, hollín y humo.
Actualmente, más de 57 millones de personas viven con demencia a nivel mundial. Se piensa que hasta el 40 por ciento de estos casos están vinculados a factores de riesgo potencialmente modificables, como la exposición a contaminantes, apunta la Universidad de Harvard en un comunicado.
Los investigadores revisaron más de 2 mil estudios e identificaron 51 publicados durante la última década que evaluaron la asociación entre contaminación del aire y demencia clínica.
Según la Alzheimer Association, es un deterioro grave de la capacidad mental que interfiere con la vida cotidiana. La pérdida de memoria y el alzheimer son ejemplos comunes.
A partir de la examinación de los estudios, se encontró evidencia de asociación entre exposición a PM2.5 y desarrollo de demencia.
Los científicos detectaron que el riesgo de desarrollar demencia crece 17 por ciento por cada 2 microgramos por metros cúbicos (µg/m3) que incremente la concentración anual de PM2.5.
También encontraron evidencia que sugiere vínculos entre dicho deterioro de capacidad mental con la exposición a óxidos de nitrógeno, otros contaminantes del aire.
Marc Weisskoft, profesor de epidemiología ambiental y fisiología, comentó que identificar este tipo de factores de riesgo modificables puede tener un tremendo impacto a nivel personal y social.
El equipo de investigación espera que sus resultados sirvan a los reguladores para fortalecer los límites permisibles de concentración de PM2.5. En México y Estados Unidos, el máximo es de 12 µg/m3 como promedio anual.
Los estudios fueron examinados con ROBINS-E, una nueva herramienta para evaluar a detalle sesgos en estudios ambientales.