CIUDAD DE MÉXICO.- El asesinato de Luis Donaldo Colosio fue un crimen de Estado, por lo que no merece olvido, sostiene el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su nuevo libro.
López Obrador asegura que la muerte del candidato presidencial del PRI es un capítulo triste dentro de la historia política de México.
"Fue un crimen terrible, lo victimizaron de manera vil. Tenía discrepancias 'arriba' y su asesinato, como es obvio y de dominio público, se vinculó con el poder.
"Es un crimen de Estado. Una característica de los crímenes de Estado es que difícilmente llegan a esclarecerse y, por lo tanto, nunca se castiga a los verdaderos responsables".
En el libro "Gracias", el Jefe del Ejecutivo acusa que la investigación del caso estuvo llena de contradicciones y "desaseo", al igual que otros asesinatos de políticos, como John F. Kennedy.
"La eliminación de un dirigente es un retroceso histórico. En primer lugar, porque la violencia no debe predominar en la vida política", expresa en el libro, del cual REFORMA posee un ejemplar.
"El atraso de un país se mide por los niveles de represión que predominan, sobre todo por los asesinatos de opositores, líderes políticos, dirigentes campesinos y obreros, periodistas, defensores de derechos humanos".
AMLO, quien recuerda que cenó con Colosio dos días antes de su muerte, agrega que el asesinato de un dirigente político siempre implica un daño a la vida pública.
"Es cierto que el pueblo es el motor del cambio, pero un buen líder puede ser determinante en la transformación de los pueblos", agrega.
En enero de este año. la FGR retomó la teoría sobre la existencia de un segundo tirador en el magnicidio de Colosio, registrado en Tijuana en 1994, pero con un sospechoso distinto.
El ex agente del Cisen, Jorge Antonio Sánchez Ortega, ocupa ahora el lugar que en el pasado tuvo Othón Cortés Vázquez, quien fue acusado de haber detonado el segundo disparo.
La Fiscalía del Caso Colosio pidió una orden de aprehensión por el delito de homicidio contra Sánchez Ortega, agente del ahora desaparecido Cisen, quien estuvo asignado a la seguridad del candidato.
Pero el juez Jesús Alberto Chávez Hernández negó girar la orden de captura tras concluir que la única prueba presentada para acreditar una supuesta acción concertada entre Mario Aburto, autor confeso del asesinato del abanderado priista, y Sánchez Ortega, es un testimonio poco fiable.
"Muchos no saben que Genaro García Luna ingresó al Cisen desde el inicio del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari y que llegó a ser subdirector operativo de esa misteriosa institución", añade AMLO.
"Y desempeñando ese cargo, viajó a Tijuana y dejó en libertad a un agente de ese centro de espionaje acusado de haber sido el segundo tirador en el asesinato de Luis Donaldo Colosio".