El aire que ahoga a la Ciudad de México

En lo que va del año sólo ha habido dos semanas con calidad del aire aceptable en la capital del país y sus alrededores

Ciudad de México.- El cambio climático acelera las condiciones para hacer del Valle de México el caldo de cultivo perfecto para la generación de emisiones con graves consecuencias para la salud. Situada a 2.200 metros sobre el nivel del mar, en una cuenca rodeada de montañas, la zona metropolitana de la capital del país, se transforma en una caldera de contaminantes cada vez más difíciles de dispersar. Frente a la amenaza de la sequía que acecha al país, lo mismo hace una semana que hace un mes, el interminable ciclo de la contaminación ha quedado impreso en las postales de la ciudad y sus alrededores, sobre todo al amanecer. Un cinturón industrial altamente tóxico que traslada el esmog hacia la capital y la ausencia de lluvias están ahogando a la capital mexicana que no para de emitir alertas ambientales. Desde el 1 de enero solo ha habido dos semanas con una calidad del aire aceptable, según el monitoreo del Gobierno de Ciudad de México.


El ozono es un contaminante criterio, es decir, que indica la presencia de otros contaminantes, según explica el coordinador de Contaminación y Salud Ambiental del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Gerardo Ruiz Sánchez. “Cuando tenemos ozono, tenemos también muchas otras cosas”, advierte. “Pero ya tan solo el ozono es un antioxidante muy potente que reduce la capacidad respiratoria de las personas, provoca inflamación y daña las paredes celulares de los pulmones, lo que nos hace más propensos a una enfermedad respiratoria”, detalla. “También tiene un efecto en la esperanza de vida a largo plazo”.