CIUDAD DE MÉXICO .- La captura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la injerencia del crimen organizado y un ambiente político más polarizado son los riesgos se advierten para este año.
La Consultoría Integralia, a cargo del ex presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, describe al menos 10 focos rojos.
En caso de una victoria electoral del partido en el poder, se consolida la captura de la Suprema Corte por parte del Ejecutivo, a través del nombramiento de otro ministro afín, tras la salida de Luis María Aguilar en noviembre, o bien mediante una reforma constitucional para elegir a los integrantes del Poder Judicial por voto popular.
"Si la coalición gobernante obtiene la mayoría calificada en el Congreso, se aprueban reformas constitucionales que afectan significativamente el entorno de negocios y el sistema de pesos y contrapesos: reforma electoral que modifica la estructura del INE y la forma de elegir al cuerpo directivo mediante voto popular, reforma para eliminar al INAI, reforma energética, entre otras", describe la Consultoría como dos riesgos.
Advierte que los grupos criminales aprovecharán la coyuntura electoral para ampliar su control sobre los gobiernos y los mercados locales.
"A corto plazo, esto aumenta la violencia política. A mediano plazo, fortalece su autoridad a nivel territorial, dejando vulnerables a las comunidades y organizaciones frente a delitos como extorsiones, cobro de piso o robos", agrega.
Considera que se acentuará el proceso de militarización, ya sea porque el Presidente Andrés Manuel López Obrador consigue la mayoría calificada para adscribir a la Guardia Nacional en la Sedena o porque el nuevo gobierno decide, o se ve forzado, continuar la política de lopezobradorista respecto a las Fuerzas Armadas.
También se teme que el Congreso apruebe reformas y leyes "sorpresivas" que afectan el clima de negocios.
Ante la polarización que se vive, también podrían estarse gestando ya conflictos poselectorales, tanto nacionales o locales, por campañas adelantadas, la intervención del Gobierno en el proceso, arbitraje inoportuno o débil, ineficacia operativa de los organismos electorales locales, o por resultados cerrados entre bloques de partidos.
Además, se ve como riesgo el primer presupuesto del nuevo gobierno, al ser diseñado por el saliente, lo que podría poner en alerta a las calificadoras y mercados.
También se considera que los actos de corrupción podrían incrementarse, ante la falta de sanciones por parte del Gobierno federal.
"Tras un posible resultado electoral desfavorable, crecen las tensiones y las divisiones en los partidos de Oposición, lo que contribuye a que el nuevo gobierno opere en un entorno de contrapesos débiles", indica.
Incluso, advierten que el triunfo electoral de Donald Trump deteriorará la relación bilateral con Estados Unidos y coloca a México en una posición de vulnerabilidad, por amenazas con aranceles, constantes ataques reputacionales, agravamiento de la crisis migratoria y presiones en materia de seguridad.