IIFAEM busca proteger artesanías mexiquenses

Impacto del proyecto del IIFAEM en la comunidad artesanal

Para proteger las técnicas tradicionales de elaboración, fomentar el respeto, la conservación, promoción, patrocinio y salvaguarda del rebozo, el árbol de la vida, el quexquémetl, el molinillo de Rayón y los textiles de Gualupita, el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) buscará su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial mexiquense.

El Patrimonio Cultural Inmaterial, que se transmite de generación en generación, contempla prácticas y expresiones vivas como tradiciones orales, artes escénicas, usos sociales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativas a la naturaleza y el universo, por lo que su conservación es un factor importante del desarrollo económico.

Junto con la academia, el director del IIFAEM, Agustín Herrera Pérez comentó que se encuentran realizando investigaciones para sustentar el proyecto que busca ser remitido al Congreso Local mediante iniciativas que propongan las declaratorias.

"Hoy en día estamos llevando a cabo todas estas investigaciones con la Universidad, con antropólogos para poder sustentar el proyecto, que se reconozcan como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de México y con esto vamos a poder preservar la artesanía y fomentarla. De entrada, creo que es momento de hacerle justicia al rebozo, al quexquémetl, árbol de la vida, al molinillo de Rayón y a los textiles de Gualupita", destacó.

Refirió que la declaratoria implicaría destinar recursos y realizar investigaciones para su salvaguarda, además de brindar capacitaciones para fortalecer la actividad artesanal. De acuerdo con el Observatorio Turístico y Artesanal del Estado de México (OTAEM), se tienen registrados a 6 mil 999 artesanas y 3 mil 993 artesanos, los municipios con mayores registros son: Ixtlahuaca, Temascalcingo, Villa de Allende, Tenancingo y San Felipe del Progreso.

Rebozo, pieza artesanal emblemática 

Es una pieza textil única, creada principalmente en Tenancingo y su elaboración consiste en al menos 15 pasos que contemplan desde el devanado, el urdido, pepenado, remojado, teñido, almidonado, tejido y el empuntado, entre otros procesos, de ahí que sea considerado un arte su producción.


Al ser es una pieza no esencial para la ciudadanía, Olga indicó que la venta y la elaboración de los árboles ha ido en ´picada´, no solo porque las personas poco a poco pierden interés en lo artesanal, sino también porque los jóvenes ya no han querido continuar con la labor.

"Tenemos el reto de no abandonar la actividad, no es fácil, nosotros como artesanos no contamos con un pago seguro ni fijo, tenemos que buscarle, hay veces que sí me han dado ganas de trabajar en otra cosa, pero ese es el reto, abonar para que no se pierda la actividad, lamentablemente también con todo lo tecnológico, los jóvenes ya no están interesados en esta profesión", acentuó.

Por lo que respecta a qué tanto apoyo reciben los artesanos del gobierno, afirmó que ha sido poco, puesto que a pesar de contar con un espacio de venta en el Mercado Artesanal de Metepec, hay semanas que no lo venden ni una pieza, atribuyéndole a la falta de promoción al espacio.

"Tengo mi local en el mercado, pero no hay apoyo cultural, algo que motive al extranjero, que vengan otras personas, no está concurrido, está muy solo, en ocasiones yo me tengo que salir y ofrecer y casi casi rematar mis piezas porque no hay ventas, sí es necesario el apoyo y el impulso a las piezas artesanales", recalcó.

La conservación de estas prácticas no solo busca preservar la identidad cultural, sino también fomentar el desarrollo económico en la región, apoyando a los artesanos.