A tres meses del arranque el nuevo plan binacional de seguridad, México y Estados Unidos han hecho el primer corte de caja. Más colaboración judicial, más drogas y armas confiscadas y más capos detenidos.
Ese ha sido el optimista balance presentado este miércoles del llamado Entendimiento Bicentenario, un plan más volcado sobre el papel a la prevención y la colaboración.
Una “nueva era en las relaciones bilaterales”, como lo ha definido el embajador estadounidense, Ken Salazar, durante el encuentro celebrado en la capital mexicana junto con el canciller Marcelo Ebrard.
Tras la presentación formal en octubre del año pasado, el plan echó a andar el 31 de enero con su primer “plan de acción”.
En estos apenas tres meses, Estados Unidos ha abierto seis juicios por tráfico de armas, uno de las grandes prioridades de México en el nuevo esquema. 10 toneladas de cocaína han sido confiscadas por mar y aire, lo que supone el doble que el año pasado, y un incremento en los decomisos de fentanilo, el potente opioide que está detrás de la epidemia de muertes en EE UU, del 350%.
En cuanto a las detenciones del crimen organizado, un cabecilla a la semana ha sido capturado de media en este tiempo, según las cuentas oficiales.
“A veces es difícil ver los avances”, ha dicho el embajador Salazar. “Estamos logrando los primeros objetivos pero hay que hacer más. Ambos países tenemos que hacer más”, añadió. Durante estos tres meses, la relación bilateral ha vivido momentos de tensión.
La reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador, el apoyo a Rusia de sectores del oficialismo o la actuación del poder judicial habían provocado quejas y requerimientos por parte de instancias gubernamentales estadounidenses.
El último encontronazo se produjo apenas la semana pasada, cuando salió a la luz que México decidió hace más de un año cerrar una unidad de de élite de investigación antidrogas, que durante más de 25 años trabajó mano a mano con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
La temperatura entre ambos países se ha elevado en las últimas semanas en un momento crucial en el que tanto Washington como México ponen énfasis en su propósito de avanzar en la integración regional de América del Norte.
López Obrador y Joe Biden mantendrán el viernes una reunión virtual para abordar sus planes para Centroamérica y analizar los próximos desafíos en materia de migración, seguridad, energía y cooperación económica.
El encuentro tiene el objetivo de analizar la Cumbre de las Américas que se celebra en junio en Los Ángeles y, concretamente, preparar una estrategia común sobre cómo “América del norte puede liderar iniciativas prioritarias para la región”.
El nuevo plan de seguridad, el Entendimiento Bicentenario, ha sido interpretado como una señal de sintonía entre ambas Administraciones.
Desde el inicio del sexenio, el cambio de coordenadas en materia de seguridad ha sido una de las prioridades del Gobierno de López Obrador en la relación bilateral con EE UU.
Entendimiento Bicentenario
Adiós Iniciativa Mérida
Durante 14 años ha estado vigente la llamada Iniciativa Mérida, un plan acordado en 2018 entre el Gobierno de Felipe Calderón y George W. Bush, volcado hacia las labores policiales, con entrega de equipo militar estadounidense y formación de las autoridades fronterizas.