- Ucrania
Puede que la rebelión armada protagonizada por un grupo de mercenarios ruso contra las fuerzas del Kremlin haya terminado en menos de 24 horas, pero la desorganización mostrada en las filas enemigas fue un regalo inesperado y una oportuna inyección de ánimo para las tropas ucranianas.
El espectáculo ofrecido por el amotinamiento del contratista militar ruso Grupo Wagner del empresario Yevgeny Prigozhin en el crítico centro de mando militar de la ciudad rusa de Rostov del Don, y más tarde los esfuerzos frenéticos de Rusia para fortificar Moscú mientras las tropas de Wagner marchaban para buscar derrocar al liderazgo militar del país, fue recibido "con aplausos" por los comandantes del Grupo de Fuerzas del Este de Ucrania, dijo su portavoz, Serhii Cherevatiy.
"Los soldados en el frente reaccionaron positivamente al respecto", agregó. "Cualquier caos y desorden del lado del enemigo nos beneficia".
Un video del conocido comandante de drones ucraniano "Magyar" observando la revuelta mientras come enormes cantidades de palomitas de maíz se hizo viral. Una plétora de memes burlones mofándose del presidente ruso Vladímir Putin inundaron las redes sociales, y declaración tras declaración de los altos mandos ucranianos describieron la agitación como una señal segura de que habría más inestabilidad rusa en el futuro.
De momento, la crisis terminó con un acuerdo mediado por Bielorrusia, que consistió en enviar a Prigozhin al exilio en suelo bielorruso. Sin embargo, para los ucranianos, el daño ya estaba hecho: las vulnerabilidades rusas quedaron expuestas, y al aceptar concesiones horas después de calificar a Prigozhin de traidor, Putin parecía débil y desesperado.