Greek Román, Juan Carlos Gasperin, Ricardo Dereck, Ricardo Crivelli. El nombre era distinto, pero el modus operandi no cambiaba. El presunto feminicida serial sobre el que ahora sobrevuela la sospecha de, al menos, siete asesinatos de mujeres utilizaba siempre el mismo anzuelo: una promesa de empleo. El hombre, de 38 años, citaba a sus víctimas en hoteles y restaurantes. Ellas acudían con su mejor aspecto posible, puntuales y con documentación en mano a la supuesta cita. La última de sus víctimas, Viridiana Moreno Vásquez, de 31 años, ha sido clave para capturar al presunto homicida este miércoles en el municipio de San Juan del Río, en Querétaro. Detrás de su detención y la de su pareja, dejan un rastro de muerte que alcanza a los Estados de Morelos y Puebla, según las primeras pesquisas de la Secretaría de Seguridad Pública.
El subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, ha informado este jueves en la conferencia de prensa del Ejecutivo que el hombre conocido como Greek Román o Juan Carlos y su pareja fueron arrestados en Querétaro, a unos 480 kilómetros de distancia de donde se perdió el rastro de Viridiana Moreno Vásquez, la mujer hallada sin vida días después de tener un encuentro con el ahora presunto homicida en la ciudad de Cardel, Veracruz. Los detenidos fueron trasladados a ese Estado para que las autoridades locales definan su situación jurídica.
Moreno Vásquez vendía congeladas desde hacía tiempo, pero buscaba una segunda fuente de ingresos para poder concluir su licenciatura en Educación Física. Por esa razón llamó su atención un anuncio en Facebook con una atractiva oferta laboral como recepcionista de un hotel: “Se solicita recepcionista para zona Cardel. Actividades: Contestar llamadas y agendar citas. Sueldo: 1.800 pesos semanales más bono de puntualidad”, mencionaba el mensaje. La esposa y madre de un niño de 10 años salió de su casa el pasado 18 de mayo rumbo al Hotel Bienvenido para presentarse a dicha entrevista de trabajo. Sus seres queridos jamás la volverían a ver.
CONTACTADOS POR LA FISCALÍA
Tras cinco días de intensa búsqueda, sus familiares y amigos son contactados por la Fiscalía de Veracruz para avisarles del hallazgo de unos restos en un descampado en bolsas de plástico en los alrededores del pueblo costero de Chachalacas. Eduardo Hernández, primo de la víctima, relata con dificultad los macabros hallazgos que fueron descubriendo, sin embargo, debido a las lesiones que presentaban estas parte del cuerpo, ellos afirman que no es posible tener certeza de la identidad de su familiar hasta que no se le practiquen pruebas de laboratorio.