Viviendas en zonas de Bacalar, Quintana Roo, cuyas escrituras emitidas por el Gobierno aseguraban que estaban exentas del riesgo de inundación, llevan más de dos semanas bajo el agua, lo que vecinos atribuyen a afectaciones por obras sin planeación del Tren Maya.
En las colonias Diego Rojas y Nuevo Progreso enfrentan problemas de inundación desde una semana antes de que el huracán "Beryl" tocara la entidad por las fuertes lluvias que acompañaron a este sistema meteorológico.
Los afectados, quienes han perdido su patrimonio, acusan que las obras de este magno proyecto de la Cuarta Transformación crearon un dique de más de un kilómetro que evita el curso natural del agua y decenas de personas no han podido volver a sus hogares.
Humberto Corona, quien decidió mudarse de Toluca, Estado de México, a Bacalar, donde instaló un hotel, apenas pudo entrar este miércoles para ver su inversión perdida.
"La propiedad está destrozada, el agua estaba a 70 centímetros a nivel del piso. Pudimos entrar pero hasta que de forma natural bajó el agua. Todo se perjudicó, electrodomésticos, albercas, césped, plantas, bombas de filtrado para jacuzzi, la de alberca, generador de luz...todas las puertas eran de madera, autos. Estamos sumamente afectados y nos sentimos abandonados", lamentó en entrevista con REFORMA.
"Nosotros compramos hace cinco años y medio, tenemos escrituras públicas y el Municipio nos dio una licencia que especifica que no es propensa a inundaciones esa zona, y en el dictamen de factibilidad, que no es zona de riesgo. En años pasados que hemos estado acá nos han tocado lluvias más fuertes, incluso de llover toda una semana día y noche y nunca había sucedido este tema. La gente que lleva viviendo en Bacalar 20, 30 años te lo dice: 'jamás había sucedido'. Fue el Tren Maya".
Las inundaciones fueron repentinas, relató, una semana antes de la llegada del huracán "Beryl", que vulneró aún más a esas localidades donde en algunas viviendas el agua superó los dos metros de altura y sepultó algunas casas.
Imágenes en redes sociales dan cuenta de ello, con el primer piso prácticamente cubierto con aguas negras.
El habitante de la Colonia Diego Rojas refirió que han tenido contacto con autoridades del Ayuntamiento, quienes han justificado que las viviendas fueron levantadas en zonas bajas y "construyeron donde no debían".
Sin embargo, señaló, con escrituras en mano les muestran dictámenes y licencias que los dotan de legalidad y la afirmación expedida por la autoridad de que esa no era zona de riesgo.
Cerca de 50 familias se han juntado para exigir una solución. El Ayuntamiento a cargo de José Alfredo Contreras Méndez les ha asegurado diálogo con Conagua y la Sedena para buscar una respuesta e incluso les presentó un proyecto, pero al momento siguen esperando.
Los vecinos de colonias próximas a las obras del Tren Maya han notado cambios en su entorno, por lo que, sin dudas, señalan a la construcción como la responsable.
"Definitivamente por donde nosotros estamos, a más o menos kilómetro y medio, llega uno justo a donde está el puente del Tren Maya, que es un puente muy grande de aproximadamente un kilómetro, hicieron unos agujeros para colocar columnas para poner en alto al tren, pero levantaron un terraplén de más o menos unos ocho metros de altura y literalmente cerraron los pasos de agua natural que existían anteriormente y crearon un dique", explicó Humberto Corona.
"Se creó una presa y el agua ya no tuvo para dónde correr. Toda el agua se empezó a regresar, por eso no nos dimos cuenta. El agua al llegar al dique se regresó y nos afectó, esto fue el 30 de junio".
Sostuvo que ante la Sedena (encargada del Tren Maya) evadiendo la responsabilidad, sin respuesta del Ayuntamiento y el Gobierno de Quintana Roo a cargo de Mara Lezama haciendo oídos sordos, se encuentran entre el temor e incertidumbre de que esto vuelva a ocurrir y sin saber si vuelven a invertir, se endeudan, demandan o, en el peor de los casos, quienes carecen de recursos, siguen en las calles.
"Hay mucha gente que no ha podido regresar ni tendrán para cuándo hacerlo y están viviendo en obras en construcción que les prestaron, pero obviamente en condiciones insalubres y lamentablemente por el agua acumulada. Algunos ya presentan enfermedades gastrointestinales y de la piel por la misma agua estancada, ya los olores a animales muertos y aguas negras es insoportable", reprochó el afectado.
Verónica Carrillo, también habitante de la Colonia Diego Rojas, ha buscado ayuda por todos los canales del Gobierno morenista de Quintana Roo, rogando a Mara Lezama apoyo al asegurar que debido a las condiciones, dos de sus hijos enfermaron al vivir entre agua sucia.
"Vivimos una realidad que nos rebasa. Hogares que a 15 días de las lluvias continúan bajo el agua, familias que lo han perdido todo, que nos toca vivir en medio de las aguas insalubres ya negras, la peste, el mosco, las enfermedades. Y a quienes las autoridades han abandonado, ni el Presidente Municipal ni la señora Gobernadora Mara Lezama han tomado cartas en el asunto", reprochó la madre de familia.
"Ya se ha pedido ayuda y nada. Aquí estamos viviendo en nuestros hogares rodeados de aguas negras, con basura que ya huele mal y hoy hay muchas personas enfermas con diarrea, vómito y calentura. Yo tengo dos pequeñitos que ayer se me pusieron bien malos".
La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) de Bacalar ha acudido con maquinaria para dragar las colonias, pero a decir de habitantes, esto ha sido insuficiente para la cantidad de agua acumulada.