Unos 6 mil migrantes avanzaban ayer por carreteras de Chiapas, previo al encuentro que el Presidente Andrés Manuel López Obrador sostendrá mañana con una delegación de funcionarios del Gobierno de Estados Unidos.
Se trata de la mayor caravana que se haya formado en lo que va del año y la cual está integrada por centroamericanos, cubanos y venezolanos, quienes salieron de Tapachula y llegaron ayer a Huixtla, donde pasaron la noche en una cancha deportiva.
Dicha concentración se registra en vísperas de que el Presidente López Obrador reciba mañana en Palacio Nacional al Secretario de Estado, Antony Blinken, y al titular de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
La región vive un flujo de migrantes sin precedentes que no ha podido controlarse pese a los intentos de Estados Unidos de abrir nuevos cauces para emigrar legalmente, a la vez que endurece las consecuencias de hacerlo de forma irregular.
Durante su mensaje de Navidad desde El Vaticano, el Papa Francisco pidió a políticos de América hacer frente al problema de la migración.
El Pontífice argentino, de 87 años, se dijo esperanzado de que el mensaje navideño de paz inspire a los políticos a resolver conflictos sociales, así como a combatir la pobreza y abordar los movimientos migratorios.
"Que el hijo de Dios inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente Americano para hallar soluciones idóneas que lleven a superar las disensiones sociales y políticas", pidió el Papa Francisco.
Avanzan entre reprochesLos aproximadamente 6 mil migrantes que conforman el contingente se levantaron por la madrugada, después de una Nochebuena sin festejos, ni regalos, ni grandes cenas, en la que la mayoría durmió a la intemperie, informó ayer la agencia AP.
La hondureña Karla Ramírez, que viajaba con 18 integrantes de su familia, entre ellos cuatro menores, lamentó pasar la Navidad como nunca la habían pasado... "en la calle", aunque reconoció que echarse a caminar fue "algo que nosotros decidimos".
La hondureña Mariela Amaya, que viajaba con su hijo de siete años, lamentó que los Gobiernos pretendan endurecer las políticas en lugar de ayudarlos a tener una mejor vida.
"No comprenden que uno tiene necesidad de salir adelante. ¿Por qué no nos pueden ayudar, dar la mano? Necesitamos apoyo de ellos", expresó mientras caminaba bajo un sofocante calor.
La formación de estos grupos ha sido constante en los últimos años ante la lentitud de los procesos de regulación migratoria en Tapachula y por la falta de opciones de vida digna y de trabajo para que los extranjeros puedan costearse la espera de documentos en esa ciudad.
Desde finales de 2021, las autoridades suelen optar por dejar que los migrantes se cansen y disolver los grupos ofreciéndoles documentación temporal que, en muchos casos, los extranjeros utilizan para seguir el viaje al norte por su cuenta.
"Esto es una oportunidad para nosotros", dijo por su parte la venezolana Eduviges Arias, que iba con su hija y su hermano, quien tampoco recordaba una Navidad como esta, pero aseguró que "es lo que toca" si quieren conseguir una vida mejor.