CIUDAD DE MÉXICO.- La llegada de La Emperatriz 2816 a tierras mexicanas ha generado una profunda conmoción entre los habitantes del país.
Esta imponente locomotora, proveniente de Canadá, ha recorrido diversos estados de la República Mexicana, así como varios municipios del Estado de México, entre ellos Cuautitlán, Tultitlán, Cuautitlán Izcalli, Teoloyucan y Tlalnepantla.
En cada uno de estos lugares, numerosas personas se han congregado a lo largo de las vías del tren para contemplar el paso de esta legendaria máquina de vapor, la cual data de 1930 y es propiedad de la compañía "Canadian Pacific".
La presencia de esta icónica locomotora forma parte de las festividades que celebran la unión entre Canadian Pacific (CP) y Kansas City Southern (KCS). Este evento destaca su papel como pieza clave en una exposición conjunta de ambas empresas, resaltando la importancia histórica y cultural de "La Emperatriz" 2816 en el ferrocarril.
Así se despidió exmaquinista de 99 años de la locomotora en SLPEl recorrido de esta icónica locomotora por tierras mexicanas ha conseguido capturar la atención de la población, dejándola maravillada ante la grandeza y el legado que simboliza este ícono ferroviario.
Entre los espectadores emocionados se encuentra un anciano de 99 años, cuya historia fue compartida por su nieto, Kevin López, a través de una publicación en su cuenta de Facebook. En ella, Kevin mencionó que su abuelo dedicó seis décadas de su vida laboral a los Ferrocarriles Nacionales de México.
Según relató su nieto, el señor Manuel, como se le conoce al adulto mayor, revivió con gran emoción el paso del tren, recordando su trayectoria como soldador y ayudante de mecánico en San Luis Potosí y Monterrey; por lo que ahora jubilado y próximo a cumplir un siglo de vida, Manuel se sintió conmovido al escuchar nuevamente el característico sonido del tren.
Además, su nieto también compartió algunos videos, donde en uno de ellos se puede ver cómo su familia preparó una silla de ruedas cerca de las vías del tren para que pudiera disfrutar una vez más la compañía de la locomotora con la que compartió innumerables kilómetros.
Con una gorra de ferrocarrilero, testimonio de su dedicación durante años al oficio, el anciano emocionado saludó a la locomotora mientras pasaba por las vías de San Luis Potosí.
A su alrededor, decenas de personas se congregaron también para presenciar el último paso del tren, compartiendo el sentido de admiración y respeto por esta histórica máquina de vapor.