La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) rastreó las cuentas de la actriz Angélica Rivera, como parte de la investigación sobre las operaciones y situación patrimonial de su ex esposo, el ex Presidente priista Enrique Peña Nieto.
En 2014, Angélica Rivera se puso en el ojo del huracán tras destaparse que dos años antes compró a Grupo Higa una mansión valuada en 54 millones de pesos.
Tras una rápida investigación, la Función Pública determinó que no hubo conflicto de interés.