Shanghái el domingo dio de alta a más de 11.000 personas que se recuperaron de COVID-19, mientras las autoridades enfatizaban que es necesario dejar que las personas regresen a sus hogares pese al confinamiento colectivo impuesto en la ciudad más grande de China.
“Tenemos la esperanza de que ni sus familias ni sus comunidades se preocuparán por ellas o discriminarán contra ellas”, declaró Wu Jinglei, director de la Comisión Sanitaria de Shanghái.
La ciudad de 26 millones de habitantes reportó 1.006 casos confirmados y casi 24.000 casos asintomáticos en las últimas 24 horas.
Shanghái lleva en confinamiento obligatorio desde el 28 de marzo, y tras una ronda de pruebas, las autoridades anunciaron el sábado que las medidas serán levantadas en las zonas en que no hayan surgido casos en los 14 días previos.
Estados Unidos el sábado emitió una advertencia a sus ciudadanos sobre viajes a China debido a “medidas arbitrarias” particularmente en Hong Kong, en la provincia de Jilin y en Shanghái. Existe el riesgo de que los padres queden separados de sus hijos, dijo el gobierno estadounidense.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, declaró que China “está sumamente insatisfecha y firmemente opuesta a la acusación infundada de Estados Unidos en contra de la respuesta de China a la epidemia”.