La tienda del pueblo de Marshfield, situada en la confluencia de dos carreteras de una diminuta localidad de Vermont, se ha convertido en los últimos días en un poco de todo, mientras los residentes luchan por recuperarse de las históricas inundaciones que azotaron el estado.
Primero, la tienda de Marshfield, a unos 70 kilómetros (45 millas) al este de Burlington, la ciudad más poblada del estado, sirvió de refugio a unas tres docenas de personas. El viernes se convirtió en un centro de distribución de agua potable y de abastecimiento.
"Estamos a punto de ponerlo en marcha de manera más formal, si hay otras personas que no han podido obtener el apoyo que necesitan todavía, para que podamos conseguir equipos y voluntarios para ellos, medicamentos de emergencia, el trabajo en sus propiedades, que es donde estamos en este momento", dijo Michelle Eddleman McCormick, gerente general de la tienda.
Las tormentas descargaron hasta dos meses de lluvia en un par de días en algunas partes de la región a principios de esta semana, superando la cantidad que cayó cuando la tormenta tropical Irene azotó la región en 2011 y causó grandes inundaciones. Las autoridades calificaron las inundaciones de esta semana como el peor desastre natural del estado desde las inundaciones de 1927, y algunos sugirieron que tormentas como esta mostraban los efectos del cambio climático.
Se pronostican más lluvias en los próximos días, y las autoridades de Vermont dijeron el sábado que eso trae la posibilidad de que ocurran aludes.
Las inundaciones han causado una muerte: Stephen Davoll, de 63 años, se ahogó en su casa el miércoles en Barre, una ciudad del centro de Vermont de unos 8.500 habitantes, según el portavoz de la Agencia de Manejo de Emergencias de Vermont, Mark Bosma. Instó a la gente a seguir teniendo cuidado a medida que regresan a sus hogares y reparan los daños.