CHICAGO.- La promesa del candidato presidencial republicano, Donald Trump, de promover la fertilización in vitro obligando a las compañías de seguros médicos o al Gobierno federal a pagar por los tratamientos, difiere de las acciones de gran parte de su propio partido.
Sin embargo, su sorprendente anuncio del jueves revela que el expresidente es consciente de que las posturas del Partido Republicano sobre el aborto y los derechos reproductivos podrían ser un gran lastre para sus posibilidades de volver a la Casa Blanca. Trump ha tratado rápidamente de replantear la narrativa en torno a esos temas después de que la vicepresidenta Kamala Harris entrara en la contienda presidencial.
Incluso, antes de hacer su propuesta de cobertura, Trump había estado promoviendo la idea de que el Partido Republicano es un "líder" en materia de FIV. Esa calificación es rechazada por los demócratas, que han aprovechado el frecuente pero costoso tratamiento de fertilidad como otra faceta de los derechos reproductivos amenazados por los republicanos y un segundo mandato de Trump. No se trata sólo de los partidarios políticos.
"Los republicanos no son líderes en FIV", afirmó Katie Watson, profesora de Ética Médica en la Facultad de Medicina Feinberg de Northwestern. "Algunos de ellos han supuesto una amenaza para la FIV, y actualmente están intentando averiguar cómo ser antiabortistas y pro FIV, y ahí hay incoherencias y luchas internas. Parece que los republicanos están tratando de remediar el daño político causado por sus propias decisiones".
La propuesta de Trump, que anunció sin dar detalles, ilustra cómo los derechos reproductivos se han convertido en el centro de la contienda presidencial de este año. También es el ejemplo más reciente de cómo el expresidente intenta parecer moderado en este tema, a pesar de presumir repetidamente de haber nombrado a los tres jueces de la Corte Suprema que ayudaron a anular el derecho constitucional al aborto.