Guatemala.- Bernardo Arévalo (Montevideo, 65 años) es por fin presidente de Guatemala. El mandatario juró su cargo en una ceremonia, en el centro cultural Miguel Ángel Asturias, que empezó cerca de la medianoche tras una larga jornada en el Congreso, que acumuló un retraso de nueve horas y se extendió por más de 12, y en la que algunos diputados escenificaron un espectáculo, que muestra cómo operan las fuerzas que el mandatario llevaba meses denunciando que trataban de evitar su investidura.
El intento de algunos diputados de torpedear el traspaso de mando fue transmitido y denunciado al minuto por las delegaciones internacionales, que llegaron a acompañar al nuevo mandatario. El largo retraso provocó, sin embargo, que algunos de los invitados se fueran antes de la juramentación, como el Rey de España, que abandonó el teatro pasadas las 22.30 (hora local), o el presidente chileno, Gabriel Boric, quien se excusó diciendo que debía regresar a su país.
- Arévalo recibió la banda presidencial y la llave de la Constitución de manos de un joven diputado de su partido, Samuel Pérez, que a sus 31 años ya va por su segunda legislatura y consiguió ser elegido presidente del Congreso en una gran victoria del oficialismo, que se hizo con los apoyos necesarios pese a que el Movimiento Semilla es la tercera fuerza en la cámara. Tras llegar a ese acuerdo para conformar la junta directiva, los congresistas se trasladaron en autobuses al centro cultural para continuar la sesión y tomar posesión al presidente y la vicepresidenta, Karin Herrera.
"Hoy, como nación, estamos haciendo historia. Para atender este llamado contamos con un plan. No puede haber democracia sin justicia social y la justicia social no puede prevalecer sin democracia", ha dicho Arévalo en su primer discurso como presidente. En él, ha destacado el rol de los cuatro pueblos de Guatemala —maya, xinka, garífuna y ladino—, de la comunidad internacional y de instituciones como el Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Constitucionalidad para cumplir el "deseo de los guatemaltecos de vivir en democracia".
La nueva junta directiva de Congreso toma posesión de sus cargos este domingo en Guatemala.
"Los diputados tienen la responsabilidad de respetar la voluntad popular expresada en las urnas. Se está intentando vulnerar la democracia con ilegalidades, nimiedades y abusos de poder", advirtió Arévalo, cuando veía su juramentación empantanada por los congresistas. "El pueblo guatemalteco y la comunidad internacional están observando". El mandatario pasó las horas de espera e incertidumbre en un hotel de la zona 10 de la capital, donde también estaban sus invitados internacionales, cada vez más inquietos ante los intentos de descarrilar la investidura. Las denuncias y advertencias por parte de las legaciones no tardaron en llegar.
Uno de los más enérgicos al condenar públicamente lo que estaba sucediendo ha sido el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que se llevó, probablemente, la mayor ovación de los invitados internacionales al llegar al teatro Miguel Ángel Asturias. "La Fiscalía ha sido orquestadora de un golpe de Estado. El Congreso ha dificultado la posesión del presidente electo", escribió el mandatario en su cuenta de la red social X (antes Twitter). Y dijo que no se iría del país hasta que Arévalo no fuera juramentado como presidente, aunque eso supusiera perderse el viaje a Davos (Suiza) para participar en el Foro Económico Mundial. El mandatario colombiano está alineado con el mensaje de lucha contra la corrupción de Arévalo, especialmente por su cercanía con su ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien presidió la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (Cicig), antes de ser expulsado del país.
También mostró su apoyo a Arévalo, el presidente chileno, Gabriel Boric, quien criticó los "últimos intentos burdos de algunos sectores" para impedir que tomara posesión de su cargo. El mandatario fue uno de los que no pudo acompañar a su homólogo en la juramentación porque tuvo que regresar a su país para cumplir con sus compromisos. "Me voy con la tranquilidad que Guatemala y Bernardo Arévalo saben que tienen en Chile y en nuestro Gobierno un aliado para la construcción democrática de una sociedad más justa", dijo.
Las delegaciones internacionales presentes en Guatemala también firmaron un documento en apoyo al presidente y a la democracia, que leyó el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, rodeado del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; la canciller de México, Alicia Bárcena; el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves; el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin; y el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, entre otros. Este último advirtió además de que propondría a los Estados miembros de la UE "la aplicación de medidas restrictivas individuales contra los miembros del Congreso que impidan el traspaso de poderes".
"El pueblo guatemalteco expresó su voluntad democrática en elecciones justas, libres y transparentes", aseguró en una declaración conjunta de las delegaciones presentes en Guatemala para la toma de posesión. Almagro leyó la declaración en una improvisada rueda de prensa tras un encuentro con los cancilleres de distintos países.
Mientras en el Congreso se veían los últimos intentos de hacer descarrilar los resultados de las elecciones, que han mantenido en vilo a gran parte del país durante los últimos meses; en las calles se ponía en escena el espíritu pacífico que han mostrado los guatemaltecos en su firme defensa de la democracia. La Plaza de la Constitución -emblemática para el nuevo Gobierno por ser el lugar donde nació el Movimiento Semilla al calor de las protestas anticorrupción de 2015- se llenó de ciudadanos que aguardaron pacientemente por horas, celebraron y bailaron al ritmo de los conciertos previstos por la investidura y, finalmente, cerca de las 00.30, respiraron aliviados y gritaron: "Sí se pudo".
En su discurso, Arévalo dijo que su país está cerrando un "doloroso ciclo de crisis e incertidumbre para dar paso al amanecer de Guatemala". Para agradecer a quienes le han apoyado estos meses, tras el acto de investidura, cerca de la 1.30 de la mañana, dijo que se dirigiría a la sede del Ministerio Público para saludar a los movimientos indígenas que han mantenido el plantón en defensa de la democracia y, después, a la Plaza de la Constitución. Será un homenaje a un pueblo que, según su discurso, le enorgullece y que "está ofreciendo a la comunidad mundial un ejemplo inesperado de convicción y resiliencia democrática".