HERAT, Afganistán — Otro fuerte terremoto azotó parte del oeste de Afganistán, después de un sismo anterior que mató a más de 2.000 personas y arrasó pueblos enteros en la provincia de Herat, uno de los terremotos más destructivos en la historia reciente del país.
El sismo de magnitud 6,3 se registró unos 28 kilómetros (17 millas) a las afueras de Herat, la capital de la provincia del mismo nombre, y a 10 kilómetros (6 millas) de profundidad, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos. Provocó un alud de tierra que bloqueó la principal autopista entre Herat y Torghondi, según el vocero del Ministerio de Información, Abdul Wahid Rayan.
El hospital regional de Herat recibió 117 heridos del temblor, según el grupo humanitario Médicos Sin Fronteras. La organización dijo haber enviado suministros médicos adicionales al centro y señaló que preparaba cuatro carpas médicas adicionales en el lugar.
"Nuestros equipos ayudan con el triaje de los casos de emergencia y la gestión de los pacientes estabilizados admitidos en las carpas médicas", indicó MSF en X, antes conocido como Twitter.
El sismo también echó abajo las 700 viviendas en el poblado de Chahak, que había salido intacto de los temblores de los días previos. Ahora quedaban montañas de tierra donde antes había casas. Sin embargo, no había reportes de muertos en Chahak porque la gente se había cobijado en carpas esta semana por temor a los constantes temblores.
Los vecinos expresaban su angustia por la pérdida de sus casas y su ganado, a menudo sus únicas posesiones, y temían la llegada de los duros meses del invierno. Algunos dijeron que nunca habían experimentado un terremoto y se preguntaban si la tierra dejaría de temblar.
Muchos dijeron que no tenían un momento de paz en las carpas, ante el miedo a que "la tierra se abra y nos trague en cualquier momento".
El epicentro del sismo del sábado —también de magnitud 6,3— se registró unos 40 kilómetros (25 millas) al noroeste de la capital de la provincia, y ha tenido varias réplicas fuertes.
Los funcionarios talibanes afirmaron que más de 2.000 personas habían fallecido en Herat después de los primeros sismos. Posteriormente dijeron que los sismos habían matado y herido a miles de personas, pero no dieron un desglose de las víctimas.
Quedaba poco de los poblados en los cerros polvorientos de la región, aparte de escombros y funerales. Los sobrevivientes trataban de asumir la pérdida de varios familiares a la vez y, en muchos lugares los residentes con vida se veían superados en número por los voluntarios llegados para buscar entre las ruinas y excavar fosas comunes.
En Naib Rafi, un pueblo que antes tenía alrededor de 2.500 habitantes, la gente dijo que casi no quedaba nadie vivo, excepto los hombres que habían salido a trabajar cuando el sismo sacudió la tierra. Los sobrevivientes trabajaron todo el día con excavadoras para cavar largas fosas para los entierros masivos.
En un campo yermo del distrito de Zinda Jan, una excavadora removió montones de tierra para preparar el espacio para una larga fila de tumbas.
"Es muy difícil encontrar a un familiar en una casa destruida y pocos minutos después tener que enterrarlo o enterrarla en una tumba cercana, de nuevo bajo tierra", dijo Mir Agha, de la ciudad de Herat, quien se había unido a cientos de voluntarios para ayudar a los afectados.
Cerca de 2.000 casas de 20 pueblos fueron destruidas, informaron los talibanes. La zona golpeada por los sismos cuenta solamente con un hospital gestionado por el gobierno.
El martes, el portavoz adjunto de Naciones Unidas Farhan Haq dijo que Zinda Jan era la zona más afectada, con más de 1.300 muertos y casi 500 personas aún desparecidos.
Imágenes por satélite de la ONU también mostraban niveles extremos de destrucción en el distrito de Injil. "Nuestros colegas humanitarios advierten que los niños son especialmente vulnerables y han sufrido una grave angustia psicológica por el terremoto", explicó.
Los sismos son habituales en Afganistán, donde hay varias fallas y movimientos frecuentes entre tres placas tectónicas cercanas. Los afganos aún no se recuperan de otros terremotos recientes, como uno de magnitud 6,5 en marzo que golpeó el oeste de Pakistán y el este de Afganistán, y un temblor que golpeó el este de Afganistán en junio de 2022, que derribó viviendas de adobe y piedra y mató al menos a 1.000 personas.