Golpe político y moral para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Su segundo hijo, Hunter Biden, ha llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia para declararse autor de tres delitos, según un documento registrado ante los tribunales por la Fiscalía. El acuerdo entre el hijo del presidente y el fiscal, que aún debe ser aprobado por el juez federal, le permitiría evitar el ingreso en prisión. Los republicanos han arremetido contra el pacto, que consideran demasiado generoso, y acusan de doble rasero al Departamento de Justicia.
Hunter Biden, sujeto a investigación durante cinco años, se ha convertido en objetivo de la ira de los republicanos. El hijo del presidente ha decidido declararse culpable de dos cargos menores de fraude fiscal por no pagar el impuesto federal sobre la renta de los ejercicios 2017 y 2018, que regularizó posteriormente con una cantidad superior al millón de dólares. Además, admite los hechos de otro delito de posesión ilegal de un arma por la compra de una pistola en 2018 cuando era adicto a las drogas, que la Fiscalía renuncia a perseguir. El fiscal no le imputará por ese tercer delito a cambio de que Hunter Biden se mantenga alejado de las drogas durante dos años y de que renuncie a tener un arma de fuego en el futuro.
Las dos infracciones fiscales están consideradas delitos menores o faltas (misdem-eanors), mientras que el de posesión ilegal de armas es un delito grave (felony). Hunter Biden, abogado de 53 años, deberá comparecer ante un juzgado de Delaware en los próximos días para ser fichado y sujeto a la imputación formal y para expresar su alegato de culpabilidad con respecto a los dos delitos fiscales, por los que el fiscal planea pedir una pena de libertad condicional de dos años, según varios medios estadounidenses. Hunter Biden no será imputado por el tercer delito.