Los participantes en Mondiacult 2022 de la Federación Rusa, Sergey Obryvalin; Alemania, Peter Reuss; y Gran Bretaña, Emily Field, protagonizaron un altercado verbal por la Guerra entre Rusia y Ucrania que opacó las conferencias de los ministros de Brasil, China, Gambia, Irán, Sudáfrica y México.
SEGUNDA JORNADAEn la segunda jornada sobre el tema “Políticas culturales renovadas y fortalecidas” que se desarrolló en varias mesas, en lo que fue una cancha de tenis en la antigua residencia oficial de Los Pinos, ahora Complejo Cultural, el conjunto de ponentes habló esencialmente de las políticas culturales de sus respectivos países. Cada uno contó con 4 minutos de exposición.
La secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto, aprovechó los suyos para mencionar el programa de Cultura Comunitaria, que enmarcó en la llamada Cuarta Transformación, cuyo lema es “Primero los pobres”. Y aseguró que mediante éste se impulsa la paz en las comunidades más violentas del país.
Le siguió el ministro ruso quien aseguró que la política cultural de su país ha tenido un largo y difícil camino histórico en la cultura mundial, pero ha impulsado políticas como el derecho al acceso a los bienes y servicios culturales no sólo de sus ciudadanos, sino también de los extranjeros.
Sin embargo, dijo, ahora se ha encontrado con la falta de comprensión y ha sido discriminada por otras naciones. Sin enumerarlos se refirió a las diferentes agrupaciones y actividades culturales rusas que fueron cancelados en diferentes partes del mundo, como el ballet y el circo.
Se recordará que incluso la Universidad Milano-Bicocca quiso cancelar un curso sobre Fiódor Dostoievski, y hubo propuestas en ese país de derribar la escultura del escritor.
QUEJAObryvalin se quejó de “daño a los monumentos” y de que se ha intentado borrar la memoria cultural rusa. Tras calificar lo que ha sucedido como un “genocidio cultural”, lamentó que la cultura haya sido politizada.
De entre el público, el ministro alemán pidió la palabra y respondió al ruso que el “verdadero genocidio cultural” lo está realizando Rusia al haber invadido Ucrania. Añadió que con cifras “reservadas” podría hablar de 80 centros religiosos, 13 museos, 180 edificios históricos, 55 dedicados a la actividad cultural, 17 monumentos y 10 laboratorios destruidos en la guerra. Y condenó la invasión de la Federación a Ucrania.
Por su parte, la representante británica, habló de 122 sitios destruidos en y acusó a Rusia de incumplir las declaraciones internacionales y de la Unesco de protección del patrimonio cultural, “no puede hablar de protección y desarrollo mientras sostiene una guerra criminal”, sentenció.
En el salón se escucharon aplausos de dos grupos de personas, pero en general el público, y los propios ministros en el pódium, incluida Frausto, elegida como presidenta de Mondiacult, quedaron como espectadores.
El ministro ruso, en su derecho de réplica negó que haya destrucción por parte de su país, acusó a los otros ministros de utilizar una plataforma cultural para sus “sucias expresiones políticas” y los invitó a visitar la región de Donbás para constatar sus dichos.
Desde la tarde de ayer, cuando se abrieron las mesas de exposición de los ministros, se expresaron diversas condenas a Rusia. A través de un video el ministro de Ucrania, Oleksandr Tkachenko, habló de la destrucción.
Asimismo, el representante de Armenia, Vahram Dumanyan, acusó que más de 2 mil monumentos y edificios culturales, 12 museos y 21 mil objetos de arte, están bajo control de Azerbaiyán, al cual acusaron de destrucción deliberada.
- El representante de Cultura de Azerbaiyán respondió que Armenia ha ocupado su territorio ilegalmente por siglos y ha violado el derecho internacional destruyendo durante la ocupación su patrimonio histórico, arqueológico y cultural.
En la mesa de hoy estuvieron Hélio Ferraz de Oliveira de Brasil, Hiping Hu de China, Hamat N.K. Bah de Gambia, Seyed Majid Emami de Irán, y Emmanuel Nikosinathi de Sudáfrica.
Frausto dijo en su intervención que el neoliberalismo dejó en México una ola de violencia que López Obrador se empeña en combatir mediante la idea de reconstrucción del tejido social para “recuperar la paz”, con el programa Cultura Comunitaria enfocado fundamentalmente a niñas, niños y jóvenes de zonas vulnerables.
Sin embargo su discurso de paz, fue opacado por el de las guerras.