- NUEVA YORK
El hecho de que la muerte de Tyre Nichols —un joven de raza negra que sólo intentaba llegar a casa— ocurriera a manos de policías de Memphis no fue algo fuera de lo común en medio del lamento aparentemente interminable de Estados Unidos por el racismo y la brutalidad policial contra personas negras.
Sin embargo, en esta ocasión fueron cinco policías negros los que fueron despedidos y acusados de homicidio en segundo grado tras la horrorosa golpiza del 7 de enero, la cual fue captada en video y derivó en la muerte de Nichols en un hospital tres días después.
Pero el hecho de que policías negros hayan matado a un hombre de su misma raza no deja fuera al racismo de lo ocurrido.
En todo caso, dicen los partidarios de una reforma, mostró que una cultura policial de prejuicios raciales y deshumanización está lo suficientemente generalizada para extenderse en todas direcciones, incluso entre policías de las minorías, de cuya presencia en las filas policiales frecuentemente se dice es una muestra de las labores para reformar ese cuerpo.
“Lo que tenemos que entender es que no es el color de la piel del agente”, dijo Joshua Adams, activista de Memphis. “Es el color de la piel del que está siendo sujeto de la acción policial. Eso es lo que hace la diferencia”. La pregunta clave es: “¿Por qué la acción policiaca es distinta para las personas negras?”
Los policías negros o morenos pueden estar condicionados a considerar sospechosas a las personas negras y morenas, dicen los activistas.