MÚNICH
Unos 4.000 manifestantes se congregaron el sábado en Múnich mientras los mandatarios del Grupo de los Siete se preparaban para realizar su cumbre anual en los Alpes bávaros en Alemania, nación que este años ocupa la presidencia rotativa del G7.
Los organizadores habían esperado movilizar a hasta 20.000 participantes en la protesta en la ciudad bávara, pero se vieron decepcionados por la baja concurrencia al parque Theresienwiese, informó la agencia noticiosa alemana dpa.
Uwe Hiksch, uno de los organizadores de la protesta, conjeturó que los participantes potenciales pudieran haber considerado inapropiado cuestionar a las potencias democráticas durante la invasión rusa de Ucrania. “Tenemos la impresión de que mucha gente está perturbada por la guerra en Ucrania”, dijo Hiksch a dpa.
Hace siete años, unas 35.000 personas participaron en protestas cuando el G7 efectuó una cumbre en el mismo sitio en Bavaria.
Se esperaba que los líderes de las siete principales potencias económicas (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) comenzaran a llegar a Alemania el sábado por la noche. La agenda de este fin de semana incluye asuntos como la guerra en Ucrania, el cambio climático, los combustibles y la inminente crisis de seguridad alimentaria.
“La brutal guerra de Rusia contra Ucrania está teniendo también un impacto aquí”, declaró el sábado el canciller alemán Olaf Scholz en un video, aludiendo a los elevados precios de los alimentos y los combustibles.
Quince grupos críticos de la globalización, desde la red internacional Attac hasta la organización ambientalista WWF, llamaron a las personas a participar en protestas por la cumbre de este fin de semana.
Sus demandas incluyen la eliminación gradual de los combustibles fósiles, la preservación de la diversidad de animales y plantas, la justicia social y el fortalecimiento de la lucha contra el hambre.
“Mis demandas para el G7 es que tenga un compromiso claro con la transición de energía, específicamente el retiro de los combustibles fósiles, de toda forma de combustible fósil, para 2035 por lo menos, para que podamos dejar de financiar guerras y conflictos”, dijo Kilian Wolter, del grupo ambientalista Greenpeace.