WASHINGTON, D.C.- La carrera presidencial de este año en Estados Unidos es una auténtica contienda de ideas entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, con claras diferencias en materia de impuestos, aborto, inmigración, alianzas globales, cambio climático y la democracia misma.
Desde que reemplazó al presidente Joe Biden como candidato demócrata, Harris se ha comprometido a trazar un nuevo camino a seguir, incluso cuando ha adoptado muchas ideas de Biden. Quiere recortes de impuestos para la clase media y aumentos para los ricos y las corporaciones, restablecer el derecho al aborto y un gobierno que aborde agresivamente el cambio climático, entre otras posturas.
Buscando regresar a la Casa Blanca, Trump quiere lograr gran parte de lo que no pudo hacer durante un mandato que cambió de trayecto por la pandemia de coronavirus. El republicano quiere extender los recortes de impuestos que impulsó en 2017, un aumento masivo de los aranceles, más apoyo a los combustibles fósiles y una mayor concentración del poder gubernamental en la Casa Blanca.
Los dos candidatos han expuesto sus ideas en discursos, anuncios y otros medios. Muchas de sus propuestas carecen de detalles, lo que dificulta juzgar exactamente cómo traducirían sus intenciones en ley o pagarían por ellas. Si bien los candidatos coinciden en no gravar las propinas de los trabajadores, el resultado de noviembre podría cambiar drásticamente el código tributario, el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, el acceso al aborto y los compromisos asumidos para limitar los daños causados por el cambio climático.
A continuación se muestra la postura de cada candidato sobre los 10 temas principales:
HARRIS: La vicepresidenta ha pedido al Congreso que apruebe una legislación que garantice en la ley federal el acceso al aborto, un derecho que se mantuvo durante casi 50 años antes de ser revocado por la Corte Suprema en 2022. Al igual que Biden, Harris ha criticado las prohibiciones del aborto en los estados controlados por los republicanos y, como presidenta, promete bloquear cualquier posible prohibición a nivel nacional en caso de que hubiera un futuro Congreso dirigido por el Partido Republicano.
TRUMP: El expresidente a menudo se jacta de haber nombrado a los jueces de la Corte Suprema que en junio de 2022 anularon el fallo Roe vs. Wade que despenalizó el aborto en 1973. Después de esquivar preguntas sobre cuándo cree que se debería restringir el procedimiento, Trump anunció la primavera pasada que las decisiones sobre el acceso y los límites deberían dejarse en manos de los estados.
HARRIS: Como senadora de California, la vicepresidenta fue una de las primeras en apoyar el Green New Deal, una amplia serie de propuestas destinadas a llevar rápidamente a Estados Unidos hacia una energía totalmente verde que es defendida por el ala más progresista del Partido Demócrata. Harris también dijo durante su breve campaña presidencial de 2020 que se oponía a la perforación en alta mar en busca de petróleo y a la fracturación hidráulica. Pero durante sus tres años y medio como vicepresidenta, Harris ha adoptado posiciones más moderadas, centrándose en cambio en implementar las disposiciones climáticas de la Ley de Reducción de la Inflación de la administración Biden.
TRUMP: El expresidente, que en el pasado describió el cambio climático como un "engaño" y alberga un particular desdén por la energía eólica, dice que es su objetivo es que Estados Unidos tenga la energía y la electricidad más baratas del mundo y ha afirmado que puede reducir los precios a la mitad dentro de un año de su posible regreso al cargo. Ha prometido aumentar la extracción de petróleo en tierras públicas, ofrecería exenciones fiscales a los productores de petróleo, gas y carbón, acelerar la aprobación de gasoductos naturales, abrir decenas de nuevas plantas de energía, incluidas instalaciones nucleares, y hacer retroceder los esfuerzos agresivos de la administración Biden para lograr que la gente se cambie a los automóviles eléctricos, que, según él, tienen un lugar pero no deberían imponerse a los consumidores.
HARRIS: Al igual que Biden, Harris ha denunciado a Trump como una amenaza a la democracia de la nación. Pero, al atacar a su oponente, la vicepresidenta se ha apoyado más en sus antecedentes personales como fiscal y los ha contrastado con el hecho de que Trump fue declarado culpable de 34 delitos graves en un caso donde se le procesó por pagar para mantener en secreto denuncias en su contra en Nueva York y fue declarado responsable de prácticas comerciales fraudulentas y abuso sexual en un tribunal civil.
TRUMP: Después de negarse a aceptar su derrota ante Biden en 2020, Trump no se ha comprometido a aceptar los resultados esta vez. Ha prometido perdonar a los acusados del 6 de enero encarcelados por agredir a agentes de policía y otros delitos durante el ataque al Capitolio, y recientemente amenazó con encarcelar a abogados, funcionarios electorales, donantes y otras personas "involucradas en comportamientos sin escrúpulos" en torno a la votación de noviembre, avivando nuevamente temores infundados.
HARRIS: Al igual que Biden, Harris ha hecho una dura campaña contra el "Proyecto 2025", un plan elaborado por destacados conservadores para actuar lo más rápido posible para reformar al gobierno federal y empujarlo hacia la derecha si Trump recupera la Casa Blanca. También forma parte de una administración que ya está tomando medidas para dificultar que se produzcan despidos masivos de funcionarios públicos. En abril, la Oficina de Gestión de Personal emitió una nueva regla que prohibiría que los trabajadores federales sean reclasificados como designados políticos u otros empleados a voluntad, lo que haría más fácil su despido. Esto fue en respuesta al Anexo F, una orden ejecutiva de Trump de 2020 que reclasificó a decenas de miles de trabajadores federales para facilitar su despido.
TRUMP: El expresidente ha tratado de distanciarse del "Proyecto 2025", a pesar de sus estrechos vínculos con muchos de sus arquitectos clave. No obstante, ha prometido su propia reforma de la burocracia federal, a la que durante mucho tiempo ha culpado de bloquear la agenda de su primer mandato, diciendo: "Destruiré totalmente el Estado profundo". El expresidente planea volver a emitir la orden del Anexo F que elimina las protecciones del servicio civil.
HARRIS: Durante sus mítines, Harris acusa a Trump y su partido de intentar retroceder una larga lista de libertades, incluida la capacidad de "amar a quien amas abiertamente y con orgullo". Ella dirige al público con cánticos de "No retrocederemos". Si bien su campaña aún no ha producido detalles específicos sobre sus planes, ha sido parte de una administración de Biden que denuncia regularmente la discriminación y los ataques contra la comunidad LGBTQ+.
TRUMP: El expresidente se ha comprometido a mantener a las mujeres transgénero fuera de los deportes femeninos y dice que pedirá al Congreso que apruebe un proyecto de ley que establezca que Estados Unidos reconoce "sólo dos géneros", determinados al nacer. Promete "derrotar el veneno tóxico de la ideología de género". Como parte de su ofensiva contra la atención que afirma el género, declararía que cualquier proveedor de atención médica que participe en la "mutilación química o física de jóvenes menores" ya no cumple con los estándares federales de salud y seguridad y le prohibiría recibir dinero federal.
HARRIS: La administración Biden-Harris ha tratado de impulsar el comercio con aliados en Europa, Asia y América del Norte, al tiempo que utiliza aranceles y otras herramientas para perseguir a rivales como China. La administración demócrata mantuvo vigentes los aranceles de Trump sobre China, al tiempo que añadió una prohibición a la exportación de microprocesadores avanzados a ese país y proporcionó incentivos para impulsar las industrias estadounidenses. En mayo, la administración Biden-Harris apuntó específicamente a China con aumentos de aranceles sobre los vehículos eléctricos y el acero y el aluminio, entre otros productos.
TRUMP: El expresidente quiere una expansión dramática de los aranceles sobre casi todos los productos extranjeros importados "del 10% al 20% a los países que nos han estafado durante años". Ha sugerido aranceles de hasta el 100% sobre los productos chinos. Con estos impuestos busca financiar otros recortes impositivos, reducir el déficit y posiblemente financiar el cuidado infantil, aunque los aranceles podrían aumentar los precios para los consumidores sin generar los ingresos que Trump promete.
HARRIS: Dado que gran parte de la reforma tributaria de 2017 expirará a fines del próximo año, Harris promete recortes de impuestos para más de 100 millones de hogares de clase trabajadora y media. Además de preservar algunos de los recortes que están a punto de expirar, quiere hacer permanente un crédito fiscal de hasta 3.600 dólares por hijo y ofrecer un crédito fiscal especial de 6.000 dólares para los nuevos padres. Harris dice que su administración ampliaría los créditos fiscales para los compradores de vivienda por primera vez y presionaría para construir 3 millones de nuevas unidades de vivienda en cuatro años, al tiempo que eliminaría los impuestos sobre las propinas y respaldaría exenciones fiscales para los empresarios.
TRUMP: El expresidente ha prometido extender e incluso ampliar todos los recortes de impuestos de 2017 que promulgó y, al mismo tiempo, pagar la deuda. Ha propuesto reducir la tasa impositiva corporativa general del 21% al 15%, pero solo para las empresas que fabrican sus productos en Estados Unidos. Derogaría cualquier aumento de impuestos promulgado por Biden. También pretende eliminar algunas de las exenciones fiscales que Biden promulgó para fomentar el desarrollo de energías renovables y vehículos eléctricos.