CIUDAD DE MÉXICO.- María del Carmen Chay, joven guatemalteca de 20 años, originaria de Huehuetenango, sufrió violencia psicológica, sexual, física y económica desde los 14 años, cuando inició una relación con Ventura Tiño. Pero el pasado 12 de octubre llegó a su límite.
Borracho, Ventura llegó ese día al puesto de elotes que María del Carmen atendía en Plaza Barrios y que era el único sustento económico familiar. Con las ganancias se mantenía ella, a sus tres hijos –dos niñas y un niño- y a su esposo quien le quitaba el dinero producto de la venta.
El 12 de octubre no fue la excepción, Ventura Tiño llegó a hostigarla al puesto hasta casi tirar la churrasquera con carbón encendido cerca de sus hijos y quemó con atole al más pequeño, un bebé de nueve meses que permaneció en el hospital durante días.
Ante las agresiones, María del Carmen tomó el cuchillo con el que partía limones para los elotes y se abalanzó sobre su esposo hiriéndolo dos veces de muerte.
Según la Policía Nacional Civil (PNC), María del Carmen hirió a Tiño hirió a su pareja en tórax y cuello, y a pesar de que fue trasladado al Hospital General San Juan de Dios, falleció.
La mujer fue detenida el 13 de octubre y sometida a prisión preventiva por el delito de parricidio. Durante su proceso fue acompañada por el Colectivo Artesa, una ONG que vela por los derechos de los niños.
La sentencia llegó pronto y se convirtió en referente para la resolución de casos con enfoque de género. ´
El pasado 18 de octubre el Juzgado Sexto celebró la audiencia de primera declaración de María del Carmen y el caso fue cerrado por falta de mérito con enfoque de género.
La defensa de María del Carmen argumentó que su representada habría sido víctima de violencia psicológica, sexual, física y económica desde los 14 años que se relacionó con Ventura Tiño.
“Inició la relación con un agresor seis años mayor que ella a los 14 años. De lo cual tuvo su primera hija a los 15”, argumentó.
Además, enfatizó sobre su rol como víctima de violencia económica porque era “la única que trabajaba para sostener el hogar y alimentar a sus hijos, el señor le quitaba el dinero de su venta para tomar bebidas alcohólicas”.
Tras valorar los elementos, el juez Carlos Toledo determinó que María del Carmen actuó bajo legítima defensa en contra de su esposo por lo que ordenó su libertad y el caso quedó cerrado