En un clima de miedo y desaliento, los ecuatorianos iniciaron una jornada electoral para elegir al sucesor de Guillermo Lasso hasta mayo del 2025, en un escenario marcado por la violencia y la inseguridad y con recintos fuertemente custodiados por la policía y el ejército.
SIN INCIDENTESLas urnas se abrieron sin reportes de problemas y poco antes, al inaugurar las actividades del consejo electoral, el presidente saliente Guillermo Lasso, consideró que las elecciones adelantadas evidencian que es posible "resolver nuestras contradicciones ... mediante reglas y mecanismos que hemos consensuado".
Ecuador acude a estos comicios después de que Lasso disolvió en mayo el Legislativo para evitar un juicio político, aunque se vio forzado a convocar a nuevas elecciones y recortar su propio mandato en cerca de dos años.
Unos 13,45 millones de votantes están convocados para elegir entre ocho candidatos presidenciales, a la cabeza de los cuales va Luisa González, de tendencia progresista de izquierda, seguida por el exvicepresidente Otto Sonnenholzner, el abogado indígena Yaku Pérez y eventualmente el economista con formación militar Jan Topic.
Ecuador atraviesa por un clima de violencia, extorsiones, secuestros y sicariatos en las calles propiciados por bandas criminales en disputa territorial por el tráfico y distribución de drogas, que han dejado más de 4.300 muertes violentas sólo en lo que va de 2023. Revertir este escenario será el principal desafío para el próximo mandatario.
- En el contexto de creciente violencia, 10 días antes de las elecciones fue asesinado el candidato presidencial Fernando Villavicencio cuando salía de un mitin político en un colegio del norte de Quito, la capital. Fue reemplazado por el periodista Christian Zurita, cuya postulación se aprobó un día antes del cierre de campaña. En julio, también fue asesinado Agustín Intriago, alcalde de Manta, la tercera ciudad más grande de Ecuador, y pocos días atrás, un dirigente político de Esmeraldas.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamint, dijo el domingo que votar "debe ser un fuerte mensaje democrático de unidad y esperanza para hacerle frente a la violencia que acecha nuestro país, aunque el dolor nos embargue".
Los candidatos considerados entre los favoritos sufragaron a primera hora . El primero, Sonnenholzner, señaló que la situación nacional "es grave" y que el país necesita de personas "que sepan exactamente lo que hay que hacer".
González, la única mujer de la contienda, aseguró que entre lo que se decide el domingo es cómo enfrentar la situación de inseguridad, la salud, educación, y empleo.
El también candidato Daniel Noboa, portando chaleco antibalas, manifestó que los ecuatorianos están "en una incertidumbre terrible" y enfrentan un "sentimiento de inseguridad". Deseó que la jornada se mantenga en orden y en paz.
El temor multiplicado por los últimos episodios obligó a reforzar los operativos de control. El gobierno informó de la movilización de más de 100.000 policías y militares que resguardarán los 4.390 recintos electorales habilitados, mientras se activaron tres puestos de mando y vigilancia, en un intento por dar calma a los ciudadanos y propiciar su asistencia a las urnas.
Los ecuatorianos deben elegir presidente, vicepresidente, 137 asambleístas y responder a una consulta popular para mantener o no el petróleo bajo tierra en una zona de amplia biodiversidad ubicada en la amazonia. Además, en Pichincha, cuya capital es Quito, hay otra consulta sobre si se permiten o no la minería de plata, oro y otros minerales en los bosques andinos alrededor de la capital.
Para ganar en una sola vuelta, un candidato deberá alcanzar el 40% de los votos válidos con una distancia de 10 puntos sobre su inmediato contendor. Una eventual segunda vuelta electoral se realizará el 15 de octubre y el nuevo gobernante se posesionará el 30 de noviembre.
La votación se abrirá a las 07.00 (1200 GMT) y cerrará a las 17.00 (2200 GMT). El sufragio es obligatorio para los ecuatorianos entre 18 y 64 años.