Ucrania aseguró el jueves que sus fuerzas hundieron el buque insignia de la flota rusa en el Mar Negro, pero Moscú informó que el barco solamente resultó dañado por un incendio, sin mencionar un ataque.
La pérdida del barco sería una gran derrota militar y simbólica para Rusia mientras sus tropas se reagrupan para una nueva ofensiva en el este de Ucrania después de retirarse de gran parte del norte, incluida la capital.
Rusia dijo que un incendio a bordo del Moskva —un buque de guerra que normalmente tendría 500 marineros a bordo— obligó a toda la tripulación a evacuar el barco. Más tarde dijo que el fuego había sido contenido y que el barco sería remolcado a puerto con sus lanzadores de misiles guiados intactos.
El barco lleva 16 misiles, según un analista militar, y su retirada del combate reduciría en gran medida la potencia de fuego de Rusia en el Mar Negro.
Independientemente del alcance del daño, cualquier ataque representaría un gran golpe para el prestigio de Rusia siete semanas después de una guerra que ya se considera un error histórico.
No fue posible conciliar de inmediato los diferentes relatos.
El gobernador de la región de Odesa, Maksym Marchenko, explicó que los ucranianos alcanzaron el buque lanzamisiles Moskva con dos proyectiles y provocaron “daños graves”.
Esto sucede mientras Kiev busca obtener más apoyo. Ayer, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó las acciones de Rusia en Ucrania de “genocidio” y aprobó un nuevo paquete de 800 millones de dólares en asistencia militar. El dirigente alegó que las armas de Occidente han mantenido la lucha ucraniana hasta el momento y que “no podemos descansar ahora”. Las municiones incluyen algunos sistemas de artillería, vehículos blindados de transporte de tropas y helicópteros.