JAN YUNIS, Franja de Gaza
Israel liberó al director del principal hospital de Gaza, siete meses después de que el ejército asaltara el recinto con el argumento de que servía como centro de mando de Hamás. El jefe del hospital dijo que él y otros detenidos habían sido torturados y retenidos en duras condiciones.
La decisión de liberar a Mohammed Abu Selmia, al parecer tomada para liberar espacio en los sobrepasados centros de detención, provocó indignación en todo el espectro político israelí. Ministros del gobierno y líderes opositores afirmaron que debía haber permanecido entre rejas.
Los críticos reiteraron las acusaciones de que jugó un papel en la supuesta actividad de Hamás en el hospital de Shifa, que las fuerzas israelíes han asaltado en dos ocasiones desde que comenzó su guerra con Hamás hace casi nueve meses. Abu Selmia y otros trabajadores negaron las acusaciones, y era probable que el hecho de que fuera liberado sin cargos ni juicio planteaba más dudas sobre las acusaciones de Israel.
Abu Selmia fue liberado de nuevo en Gaza con otros 54 detenidos palestinos, muchos de los cuales denunciaron abusos. Sus afirmaciones no pudieron confirmarse de forma independiente pero coincidían con otras declaraciones de palestinos que han estado retenidos por Israel.
"Nuestros detenidos han sido sometidos a toda clase de torturas entre rejas", dijo. "Había tortura casi a diario. Las celdas se allanan y los prisioneros son golpeados". Dijo que los guardias le habían roto un dedo e hicieron que sangrara por la cabeza durante las golpizas, en las que utilizaron palos y perros.
Dijo que el personal médico de distintas instalaciones en las que estuvo retenido también participó en el abuso "en violación de todas las leyes". A algunos detenidos se les amputaron miembros debido a la mala atención médica, añadió.
Las autoridades penitenciarias israelíes no respondieron en un primer momento a las acusaciones de malos tratos, aunque en el pasado han rechazado denuncias similares.
Las fuerzas israelíes allanaron el hospital de Shifa en noviembre con el argumento de que Hamás había creado un elaborado centro de mando y control dentro del complejo. Abu Selmia y otros trabajadores negaron las acusaciones y señalaron que Israel ponía en peligro de forma imprudente a miles de pacientes y personas desplazadas que se cobijaban allí.
El ejército descubrió un túnel debajo del hospital de Shifa que conducía a unas pocas salas, así como otras pruebas de que había milicianos dentro del centro médico, pero las pruebas no llegaban al nivel de lo que se había afirmado antes del cateo.
Abu Selmia fue detenido el 22 de noviembre cuando acompañaba una evacuación de pacientes del hospital organizada por Naciones Unidas. Dijo que su detención tenía "motivaciones políticas" y añadió que había comparecido ante una corte al menos en tres ocasiones, pero nunca se presentaron cargos en su contra ni se le permitió reunirse con abogados.
Desde entonces, Israel ha atacado otros hospitales de Gaza con acusaciones similares, lo que obligó a cerrar o reducir sus servicios de forma drástica mientras decenas de miles de personas resultaban heridas en bombardeos israelíes o enfermaban en las duras condiciones causadas por la guerra. El ejército asaltó Shifa una segunda vez este año y causó una gran destrucción tras alegar que los milicianos se habían reagrupado allí.
Los hospitales pueden perder su protección según el derecho internacional si los combatientes los utilizan con fines militares.
La decisión de liberar a Abu Selmia fue duramente criticada por ministros del gobierno y líderes opositores, mientras los distintos organismos estatales responsables de las detenciones trataban de acusarse mutuamente.
El ultraderechista Itamar Ben Gvir, ministro de seguridad nacional responsable de la policía y el servicio de prisiones, dijo que la liberación de Abu Selmia y las otras personas era una "negligencia de seguridad" y acusó al Ministerio de Defensa. Yair Lapid, un líder opositor, dijo que la liberación de Abu Selmia era otro indicio de la "anarquía y disfunción" del gobierno.
La oficina del ministro de Defensa, Yoav Gallant, publicó un breve comunicado en el que dijo que el encarcelamiento y la liberación de prisioneros es competencia del servicio penitenciario y la agencia de seguridad interna Shin Bet. El servicio penitenciario dijo que la decisión la tomaron el Shin Bet y el ejército, y publicó un documento ordenando su ouesta en libertad firmado por un general en la reserva.
Por su parte, el Shin Bet dijo que el gobierno había decidido —en contra de sus recomendaciones— liberar prisioneros que se consideraban una amenaza menor para liberar espacio.
"Aunque el jefe del hospital de Shifa pasó una evaluación de riesgo en comparación con otros detenidos, el asunto se analizará de forma interna", dijo la agencia de seguridad.
Desde que comenzó la guerra, las fuerzas israelíes han detenido a miles de palestinos de Gaza y la ocupada Cisjordania, abarrotando centros militares de detención y penales. Muchos están retenidos sin cargos ni juicio, en lo que se conoce como detención administrativa.
Por su parte, dos ministros de ultraderecha del gobierno israelí condenaron la liberación de Abu Selmia y dijeron que se había hecho sin su consentimiento.
Israel lanzó su ofensiva después del ataque de Hamás del 7 de octubre, en el que milicianos palestinos mataron a unos 1.200 civiles y se llevaron a otros 250 rehenes. La guerra ha matado a más de 37.800 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes.
La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han huido de sus hogares, y muchos se han visto desplazados varias veces. Las restricciones israelíes, los combates que continúan y la erosión del orden público han complicado la entrega de ayuda humanitaria y fomentado un hambre generalizada, provocando temores a una hambruna.