Las autoridades de Filipinas han confirmado la muerte de al menos nueve víctimas por el terremoto de magnitud 6,8 que azotó el viernes varias regiones de la isla de Mandanao, la segunda más grande y ubicada en el sureste del archipiélago.
Así lo ha confirmado la agencia nacional de emergencias de Filipinas, que ha informado de que hay al menos 15 personas heridas y no se ha notificado ninguna desaparecida, recoge el diario local 'Inquirer'.
Más de 12.800 personas se han visto afectadas por el seísmo, que ha dañado más de 820 edificios, cerca de un centenar de ellos han quedado destruido, el resto tienen daños menores.
El presidente Ferdinand Marcos, que se encuentra en una visita de Estado a Estados Unidos, se reunió virtualmente con funcionarios del Gobierno el domingo por la noche para ordenar la continuación de las operaciones de ayuda a las familias afectadas por el terremoto.
El Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas (Phivolcs) informó el viernes de que el epicentro del terremoto se ubicó a unos 30 kilómetros al oeste de Sarangani, en Davao Occidental, con el hipocentro ubicado a diez kilómetros de profundidad.
Asimismo, recalcaron que no existía amenaza de un tsunami destructivo, aunque sí recordaron que los terremotos de esta magnitud crean "alteraciones inusuales del nivel del mar que pueden ser observadas en costas cercanas al epicentro".