WASHINGTON — Estados Unidos está presionando a México por políticas energéticas que, según Washington, favorecen injustamente a las compañías mexicanas estatales de electricidad y petróleo sobre los competidores estadounidenses y los proveedores de energía limpia.
Estados Unidos quiere que haya conversaciones para resolver la disputa, y inició un proceso que podría terminar en sanciones comerciales contra México.
Entre los temas específicos en disputa está una reforma a la ley mexicana del año pasado que, según Estados Unidos, otorga una ventaja injusta a la producción de la paraestatal Comisión Federal de Electricidad sobre la energía de empresas privadas y sobre fuentes más limpias, como la eólica y la solar.
Estados Unidos también protesta por una regulación de 2019 que otorga solo a Petróleos Mexicanos (Pemex) tiempo adicional para cumplir con estándares ambientales más estrictos que limitan el azufre permitido en el combustible diesel para automóviles.
Estados Unidos también acusó a México de retrasar, rechazar o no actuar sobre las solicitudes de permisos de empresas privadas para operar en el negocio de la energía y de revocar o suspender los permisos existentes.
Si los dos países no pueden llegar a un acuerdo después de 75 días de conversaciones, Estados Unidos puede solicitar la intervención de un panel de resolución de disputas en virtud del T-MEC (USMCA, por sus siglas en inglés), el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México que negoció el expresidente Donald Trump para reemplazar al TLCAN firmado en 1994.