La guerra abierta que enfrenta al Gobierno argentino con la Corte Suprema alcanzó esta semana un nuevo clímax. El martes, tres de los cuatro supremos (uno estaba de viaje y hay un puesto vacante) suspendieron las elecciones que dos provincias peronistas – San Juan y Tucumán – tenían previstas para este domingo 14 de mayo. Fue una medida extrema, motivada por un reclamo de la oposición, que pidió impugnar a dos candidatos a gobernador y vice. El presidente, Alberto Fernández, respondió este miércoles al fallo judicial con un mensaje en cadena nacional. “Deja a la democracia como rehén de un grupo de jueces”, se quejó. La Casa Rosada y la Corte llevan meses de enfrentamientos. Desde enero, una comisión dominada por legisladores del oficialismo avanza en un juicio político contra los supremos, a los que acusa de “insólitas interpretaciones jurisprudenciales que permiten al Poder Judicial entrometerse en las decisiones del Congreso Nacional”.
El próximo domingo, las provincias de San Juan y Tucumán debían elegir autoridades ejecutivas y legislativas. Ambos distritos llevan años controlados por dos políticos peronistas: Sergio Uñac el primero y Juan Manzur el segundo. Tanto Uñac como Manzur vienen alternándose en los cargos de gobernador y vice, una estrategia con la que se garantizaron el poder real y también evitar el límite que sus respectivas Constituciones ponen a la reelección. La oposición pidió a la Corte que desarmase lo que consideraba una trampa legal. Los cargos de gobernador y vice deben tomarse como una unidad, argumentan, y por lo tanto Uñac y Manzur no pueden ser candidatos porque alcanzaron el límite legal de mandatos.