Las Fuerzas Armadas de Colombia han denunciado el secuestro de un sargento y de sus hijos, de seis y ocho años de edad, durante una emboscada en el departamento de Arauca atribuida al Ejército de Liberación Nacional (ELN), que precisamente ha ordenado paralizar sus acciones ofensivas a partir de este jueves como paso previo a la tregua pactada por el Gobierno y que debe entrar en vigor en agosto.
El sargento raptado ha sido identificado como Ghislaine Karina Ramírez, según el Comando de la Fuerza Tarea Quirón, que ha informado también de que uno de los dos niños padece autismo. La familia viajaba a bordo de un vehículo que habría sido interceptado el lunes por la noche en el municipio de Fortul por guerrilleros del Frente Domingo Laín Sáenz.
"Este comando rechaza categóricamente este crimen de lesa humanidad que viola los derechos humanos e infringe las disposiciones del derecho internacional humanitario", ha informado el Ejército, que ha hecho al ELN responsable "de la vida e integridad física" de las tres personas secuestradas.
Este secuestro se ha conocido un día después de que el Comando Central del ELN anunciase que desde la medianoche del 6 de julio y hasta el 3 de agosto cesan "todas las acciones militares ofensivas contra las Fuerzas Militares y de Policía en todo el territorio nacional", lo que afecta también a las "acciones de Inteligencia". Sin embargo, emplazó a las estructuras a "mantener activados todos los dispositivos de defensa y seguridad", con el objetivo de "rsponder a amenazas o ataques".
La guerrilla iniciaba de esta manera lo que se ha descrito como "proceso de alistamiento" previo a la tregua. La delegación de paz que negocia un acuerdo con el Ejecutivo de Gustavo Petro es ahora la única habilitada como "enlace de comunicación" ante cualquier novedad que pueda acontecer relativa al alto el fuego, uno de los principales compromisos alcanzados por las partes en el diálogo.